Luego del triunfo de Argentina ante Perú por Eliminatorias, Lionel Messi abordó su avión privado y arribó a Barcelona tras un vuelo de 15 horas. Sin embargo, sorprendió cuando, al pisar suelo catalán, explotó ante los medios que lo aguardaban. Al delantero, de 33 años, le consultaron por las críticas del tío de Antoine Griezmann y de Eric Olhats, exagente del francés, quien había sido directamente lapidario con el astro rosarino: “Opina de todo. Es al tiempo un emperador y un monarca y no le gustó mucho la llegada de Antoine. Su actitud fue deplorable y lo hizo notar. Es un régimen de terror”. El entorno del ex Atlético Madrid se encargó de resaltar que no tiene nada más que ver con Olhats y que no tiene relación desde hace años, para evitar conflictos con su compañero.
Pues bien, la Pulga no apeló a eufemismos, viéndose rodeado de cámaras: “Estoy cansado de ser siempre el problema de todo en el club”. Pero fue la siguiente frase, menos estridente, la que explicó el hecho que disparó su fastidio: “Llego después de 15 horas de vuelo y me encuentro ahí a uno de Hacienda… Es una locura”. En efecto, según informó el diario Sport, cuando el vuelo privado aterrizó en el aeropuerto de El Prat, inspectores del fisco esperaban al futbolista: les pidieron la documentación a todos los pasajeros, a los pilotos y hasta la de la aeronave. Además, le realizaron un cuestionario de aproximadamente una hora a Messi, quien fue recogido por su esposa, Antonela Roccuzzo, para luego trasladarse a su hogar en Casteldefels.
La situación, claro, le resultó sugerente a la estrella y a su entorno. Es un capítulo más de un 2020 en el que la relación con el club se resquebrajó al punto de haber intentado marcharse durante el último mercado de pases, con el affaire burofax de por medio. Como corolario de la crisis, los blaugranas se quedó sin presidente (renunció Josep Bartomeu) y en enero habrá elecciones para que los socios elijan nuevas autoridades.
El episodio con el fisco generó dudas incluso a quienes realizan la cobertura del día a día del Barcelona. “¿No podían los técnicos de Hacienda convocar a Lionel Messi a una Delegación o hablar con sus abogados? ¿Debían ir a esperarle al aeropuerto a su vuelta de Argentina? Hay cosas que resultan difíciles de entender o, mejor mirado, muy fáciles de comprender”, escribió Francesc Aguilar, periodista de Mundo Deportivo, en su cuenta de Twitter.
Vale recordar que en 2017 el capitán culé y de la selección argentina fue condenado en España a 21 meses de prisión (luego sustituidos por una multa) por tres delitos contra la Hacienda, que en más de una oportunidad puso la lupa sobre sus ingresos. El contrato de Messi con el Barcelona, club en el que se transformó en el goleador máximo y firmó la etapa más dorada de su historia, finaliza el 30 de junio de 2021. En enero puede arreglar su vínculo con otra institución en carácter de jugador libre.
Según informó el diario británico The Sun, los Ciudadanos están totalmente decididos a apostar por Messi para juntarlo nuevamente con el director técnico Pep Guardiola (juntos contribuyeron en la etapa más gloriosa del Barsa) y buscarán incorporarlo en el mercado de pases de enero, sin aguardar a sumarlo a costo cero. Ofrecerían un monto menor a los 56 millones de euros.
En Barcelona, en tanto, mantienen la esperanza de retenerlo a partir de que las nuevas autoridades que se impongan en los comicios puedan presentarle un proyecto superador, capaz de seducirlo con herramientas para volver a pelear los títulos. ¿Será suficiente? ¿O esta explosión es un síntoma de que su historia en Cataluña comienza a cerrarse inexorablemente?
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