«Durante 76 años, fue considerado como el noveno planeta de nuestro sistema solar, pero hoy, los científicos han degradado a Plutón por ser demasiado pequeño».
Por BBC
Con esas palabras dio la periodista de la BBC Fiona Bruce la noticia que estaba dando la vuelta al mundo el 24 de agosto de 2006, provocando una ola de indignación generalizada.
Mientras los encargados de actualizar la información en enciclopedias y libros de texto se echaban las manos a la cabeza, en internet se multiplicaban memes en los que Plutón aparecía expresando emociones iban desde la ira hasta la soledad, pasando por la tristeza.
Y el responsable de la tragedia tenía nombre: Mike Brown, astrónomo del Instituto de Tecnología de California conocido como CalTech.
Se había especializado en el estudio del cinturón de Kuiper, una banda de cuerpos astronómicos que quedaron tras la formación del Sistema Solar.
En 2005, Brown y su equipo encontraron un objeto llamado Eris y ese hallazgo selló el destino de Plutón.
«De no haber sido por Eris -le dijo Brown a la BBC- Plutón posiblemente habría sido barrido debajo de la alfombra para siempre. Aunque desde principios de la década de 2000, los astrónomos tenían claro que Plutón era parte del cinturón de Kuiper, también estaba claro que nadie realmente quería cambiar su estatus ya que sería difícil y problemático».
Los astrónomos no tenían muchas ganas de pelear con el público y realmente no había una razón imperiosa para cambiar el Sistema Solar, explicó el científico.
«Así no tuviera sentido en términos científicos, estaba bien que se quedara así. El problema es que, después de que descubrimos a Eris y nos dimos cuenta de que este es más masivo que Plutón, no quedó otro remedio que hacer algo».
Ese ‘algo’ fue finalmente fue decidido por la Unión Astronómica Internacional en agosto de 2006 después de que decidieran definir qué es un planeta.
«Algo grande»
Aunque en esta historia Mike Brown interpreta el rol del malo, la verdad es que nunca tuvo nada en contra de Plutón… todo lo contrario.
«Recuerdo que cuando era pequeño tenía un póster en mi pared con todos los planetas, sus órbitas y hasta algunos asteroides. El artista había imaginado la superficie de Plutón con unas agujas que se levantaban hacia el cielo y eran tan delicadas que parecía que si las tocabas se romperían…
«¿Cómo no me iba a fascinar un lugar tan distante, extraño y delicado? Plutón era uno de mis favoritos cuando era niño».
El ahora planeta enano fue descubierto en 1930 por el astrónomo estadounidense Clyde Tombaugh.
Los astrónomos lo habían estado buscando desde el hallazgo de Neptuno en 1846 por el francés Urbain Le Verrier. Se pensaba que «algo grande» estaba atrayendo gravitacionalmente a Neptuno y a su vecino Urano, afectando la forma de sus órbitas.
«El estadounidense Percival Lowell, quien lo llamaba ‘Planeta X’, fundó un observatorio completo para buscarlo: el observatorio Lowell en Flagstaff, Arizona».
Un accidente
Lowell falleció sin encontrarlo pero el observatorio continuó la búsqueda observando el área donde él había predicho que debería haber un planeta.
«En 1930 Tombaugh encontró un puntito de luz moviéndose. Que se moviera significaba que era parte del sistema solar; que lo hiciera lentamente significaba que estaba muy lejos», explica Brown.
«Si asumes que debe haber un planeta y encuentras algo, supones que eso es lo que debe ser.
«La predicción de Lowell no fue incorrecta, pero se basó en datos incorrectos. Resulta que las órbitas de Urano y Neptuno no están perturbadas en absoluto; ambos planetas están exactamente donde se supone que deben estar. Pero la gente no lo sabía en ese momento.
«El descubrimiento de Plutón fue un accidente total».
«Quedé boquiabierto»
En la década de 1930, no existían criterios para comparar el descubrimiento de Tombaugh, ni una definición de lo que era un planeta.
El concepto era algo vago: un planeta era, generalmente, algo dominante y redondo en el Sistema Solar.
Entonces, cuando Brown y su equipo descubrieron a Eris en 2005, y revelaron que era más grande que Plutón, fue evidente que las cosas no podían seguir así.
«Se formó un comité, el comité se disolvió y se formó un nuevo comité y el nuevo comité se disolvió. Finalmente la Unión Astronómica Internacional, la autoridad para hacer este tipo de cosas, formó otro comité con científicos e historiadores que preparó una propuesta para la reunión de 2006».
Brown no quería involucrarse.
«De hecho, me escondí con mi familia en una pequeña isla en el noroeste del Pacífico donde asumí que nadie me encontraría. Pero, en el transcurso de esta reunión de la Unión Astronómica Internacional, me encontraron y mi teléfono comenzó a sonar…
«La propuesta era que Plutón conservaría su condición de planeta, Eris sería un planeta, la serie de asteroides sería un planeta y la luna de Plutón sería un planeta.
«Quedé boquiabierto: es la propuesta más loca que he visto en mi vida».
Caso cerrado
De no haber sido por él, Plutón sería lo que tantos habíamos aprendido que era: el noveno planeta de nuestro Sistema Solar.
Pero el autor de «Cómo maté a Plutón y por qué se lo merecía» no se quedó callado.
«Estaban a punto de decir que había descubierto a un planeta -Eris-, lo que me habría convertido en el único descubridor de planetas con vida y por ende famoso, pero argumenté firmemente que eso no tenía sentido.
«No descubrí un planeta. Descubrí este pequeño cuerpo genial que es el objeto más masivo que conocemos del cinturón de Kuiper, y eso es muy asombroso, pero simplemente no tiene la escala de un descubrimiento planetario.
«Mi argumento finalmente prevaleció abrumadoramente en la votación que tuvo lugar en la Unión Astronómica Internacional, y eso fue todo: Plutón dejó de ser un planeta.
«Yo diría que Plutón nunca lo fue. El caso se cerró y Plutón nunca volverá a ser un planeta».
Sentimientos encontrados
La Unión Astronómica Internacional, por primera vez, precisó una definición de planeta.
Para ser un planeta, un objeto debe orbitar alrededor del Sol, ser redondo y haber despejado su vecindario, en otras palabras, no tener otros objetos cerca. En esa última condición falló Plutón.
«En el momento en que sucedió, fue emocionante; no era una decisión fácil de tomar y los astrónomos tomaron la correcta. Fue asombroso, en realidad nunca hubiera predicho que iba a suceder».
Pero, por más que Brown intentara explicar lo sucedido, la gente se enfureció.
«Ese primer año, me enviaban mensajes groseros de odio. Recibí amenazas de muerte reales».
Al astrónomo la llamó la atención que la gente tuviera sentimientos tan fuertes respecto a Plutón.
A pesar de todo, no se arrepiente.
«Fue y sigue siendo científicamente correcto. Es el esquema de clasificación correcto para nuestro sistema solar e importa pues nos permite entender realmente cómo es.
«Así que estoy encantado de haber tenido algún papel en ayudar a que el Sistema Solar se describiera de la manera correcta para los científicos y el público».
¿Y cómo es esa descripción?
«Creo que la mejor descripción del Sistema Solar es: 8 planetas gigantes, una banda de asteroides entre Marte y Júpiter y una banda de objetos fuera de Neptuno en el cinturón de Kuiper».
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