La ministra de Asuntos Exteriores española, Arancha González Laya, rehusó este martes criticar al expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero por su abierto respaldo a la farsa electoral del pasado domingo con la que el chavismo se adueñará de la Asamblea Nacional, el último reducto democrático que permanece hasta ahora fuera de su control. Por el contrario, en una entrevista con la cadena Ser, la jefa de la diplomacia española dijo respetar «muchísimo» a Rodríguez Zapatero y que hay que «escuchar atentamente» al ex jefe de Gobierno cuando dice que dos años después de las últimas elecciones «la situación no ha mejorado» en Venezuela. «Es más –agregó–, se ha enquistado el problema político y se ha agudizado la crisis humanitaria. Luego algo vamos a tener que hacer».
Rodríguez Zapatero, que gobernó entre 2004 y 2011, se presentó el pasado domingo en Caracas como supuesto observador electoral a invitación del régimen y desde allí mostró su claro respaldo a la llamada a las urnas de Maduro, a su juicio «el principio de un camino para que las cosas mejoren en Venezuela». Además, el expresidente del Ejecutivo español llamó a la Unión Europea a «reflexionar» sobre las sanciones impuestas a dirigentes chavistas y criticó a los opositores por defender la abstención en lo que consideran un proceso fraudulento.
El presidente interino de Venezuela y cabeza visible de la oposición a Maduro, Juan Guaidó, llegó a calificar el lunes a Zapatero de «cómplice» del mandatario venezolano, al que tachó de «violador de los derechos humanos», «asesino de niños» y «asesino de masas».
«No molesta a la UE»
Sin embargo, González Laya sostuvo que el mensaje del exdirigente socialista «ni interfiere ni molesta en la Unión Europea». En todo caso, precisó que no habla en nombre del Estado español, sino en el suyo propio. «Yo respeto su palabra, pero él habla en calidad individual y personal», puntualizó.
La UE no ha reconocido el resultado de los comicios organizados por Maduro debido a la ausencia de «respeto al pluralismo político» y a la «descalificación y persecución de los líderes de la oposición», según señaló en un comunicado. En cambio, el bloque comunitario pidió la celebración de unas elecciones legislativas y presidenciales «creíbles, inclusivas y transparentes», según recogió Efe. En esta línea, el alto representante para la Política Exterior, el español Josep Borrell, aseguró que la UE tampoco reconocerá el 5 de enero a la Asamblea Nacional que salga de esta votación. Como era previsible, en la nueva cámara tendrá una abrumadura mayoría el oficialista Partido Socialista Unido (PSUV), mientras que el resto de los 277 escaños irán para candidatos que decían ser «opositores» pero que se han prestado al montaje del régimen.
Con los 27 miembros de la UE, son cerca de medio centenar los países que no reconocen los resultados. Un documento firmado por 16 países del continente americano indica que la votación carecía de «legitimidad». Respaldan el escrito Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Santa Lucía.
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