Autoridades cubanas mantuvieron a una docena de artistas y periodistas independientes bajo arresto domiciliario, mientras se interrumpieron esporádicamente los accesos a las redes sociales, en una ofensiva contra los disidentes luego de una protesta hace dos semanas, según opositores y el observatorio en internet NetBlocks.
La sentada de varios cientos de personas en las afueras del Ministerio de Cultura de Cuba pidiendo mayor libertad de expresión fue poco común para el Estado y se produjo en medio de una nueva crisis económica que atraviesa el país.
La protesta puso de relieve un fortalecimiento de la sociedad civil, en particular a raíz del advenimiento de Internet móvil hace dos años, y obtuvo apoyo inusual entre un grupo de artistas cubanos que tienen prestigio.
Funcionarios del Ministerio de Cultura mantuvieron un diálogo sin precedentes con un grupo de manifestantes. Pero al día siguiente, el Estado, que tiene el monopolio de los medios de comunicación, acusó a algunos de ser mercenarios al servicio de Estados Unidos para desestabilizar al país.
El sitio web de periodismo de datos Invntario, por ejemplo, ha comenzado a publicar mapas que muestran las casas de quienes dicen que han estado bajo arresto domiciliario desde la protesta, como la artista Tania Bruguera.
En el día de los derechos humanos, instituciones cubanas organizaron actos el jueves en la isla para celebrar el sólido historial de Cuba en salud, acceso a la educación e igualdad de las mujeres, denunciando el agobiante embargo comercial de Estados Unidos como la principal violación de los derechos de los ciudadanos.
“El gobierno cubano carece de los medios políticos para lidiar con la situación actual y está recurriendo a estrategias que ya no funcionan”, dijo Bruguera a Reuters, quien ha estado detenida tres veces en los últimos días.
Michael Kozak, secretario adjunto interino de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos, dijo el miércoles que había llegado el momento en Cuba para un ajuste de cuentas entre el gobierno y su pueblo, gracias sobre todo a la presión económica generada por las sanciones estadounidenses.
Funcionarios cubanos sostienen durante las últimas dos semanas que algunos cubano-estadounidenses han tratado de capitalizar la protesta para generar más disturbios, contratando cubanos para llevar a cabo sabotajes como arrojar piedras a una tienda estatal.
Y también han acusado a Washington de ser cómplice del terrorismo al no perseguir a estos individuos. Un portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos dijo a Reuters que el gobierno cubano no le había comunicado sobre estas preocupaciones directamente.
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