El número de estadounidenses que presentaron solicitudes de beneficios por desempleo por primera vez aumentó inesperadamente la semana pasada, cuando una ola incesante de nuevas infecciones por COVID-19 golpeó las operaciones de los negocios, lo que ofrece más evidencia de lo vacilante de la recuperación de la economía de la recesión generada por la pandemia.
Reuters
Eso fue resaltado por otros datos del jueves que mostraron que la actividad manufacturera en la región del Atlántico medio se enfrió en diciembre, con las fábricas informando una fuerte desaceleración en los nuevos pedidos y el crecimiento del empleo.
Sin embargo, el mercado de la vivienda sigue resistiendo, con la construcción de viviendas y los permisos avanzando en noviembre, gracias a tasas hipotecarias en mínimos récord.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, reconoció el miércoles la moderación de la actividad económica luego de una racha de crecimiento récord en el tercer trimestre. Powell advirtió que “el camino futuro sigue siendo muy incierto”.
El banco central mantuvo la tasa de interés referencial cerca de cero y se comprometió a seguir inyectando más dinero a la economía a través de la compra de activos.
Los pedidos iniciales de beneficios estatales por desempleo aumentaron en 23.000 a un ritmo desestacionalizado de 885.000 para la semana al 12 de diciembre, por sobre los 800.000 esperados por economistas en un sondeo de Reuters. El segundo aumento semanal consecutivo llevó a las solicitudes a su nivel más alto desde septiembre.
Las solicitudes se ubican muy por sobre su máximo de 665.000 durante la Gran Recesión de 2007-09, aunque han caído desde un récord de 6,867 millones en marzo. El informe semanal, el dato más oportuno sobre la salud de la economía, siguió a los del miércoles que mostraron que las ventas minoristas disminuyeron por segundo mes seguido en noviembre.
Parte del aumento de los pedidos podría reflejar dificultades para ajustar los datos por fluctuaciones estacionales durante esta época del año. Las solicitudes no ajustadas cayeron en 21.335 a 935.138 la semana pasada.
Estados Unidos lucha contra un nuevo brote de coronavirus, con al menos 16,7 millones de infectados y más de 304.000 muertos, según un recuento de Reuters. Los gobiernos estatales y locales han respondido con nuevas restricciones a las empresas, mientras que algunos consumidores están evitando lugares concurridos como centros comerciales, restaurantes y bares.
Las restricciones y la caída de los ingresos a medida que millones de desempleados y subempleados pierden un subsidio semanal financiado por el gobierno están minando el gasto de los consumidores, lo que provocará más pérdidas de empleos.
El Congreso se acercó el jueves a aprobar un paquete de rescate de 900.000 millones de dólares. Economistas dijeron que el nuevo estímulo fiscal podría limitar, pero no compensar por completo el debilitado gasto de los consumidores y evitar más despidos.
En un informe separado el jueves, la Reserva Federal de Filadelfia dijo que su índice de condiciones empresariales bajó a una lectura de 11,1 este mes desde 26,3 en noviembre. También cayeron las medidas de nuevos pedidos y envíos en las fábricas de la región que cubre el este de Pensilvania, el sur de Nueva Jersey y Delaware.
Pero el mercado de la vivienda hasta ahora no se ha visto afectado por la pandemia. Un reporte del Departamento de Comercio el jueves mostró que la construcción de viviendas aumentó un 1,2% a una tasa anual desestacionalizada de 1,547 millones de unidades en noviembre, con la construcción de viviendas unifamiliares en su mayor nivel desde abril de 2007.
Los permisos para la construcción de viviendas escalaron un 6,2% a un ritmo de 1.639 millones de unidades.
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