El presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, anunció este martes la promulgación con efecto inmediato de la ley de uso de mascarillas, que prevé multas y cierre de comercio para infractores, cuando el país acumula más de 100.000 contagios y supera la barrera de los 2.000 decesos por el COVID-19.
EFE
«Acabamos de firmar la promulgación de la ley de uso obligatorio de mascarillas (…) esto fue una iniciativa del Poder Ejecutivo y tuvo un trato privilegiado en ambas Cámaras (legislativas)», señaló Abdo Benítez ante los medios en el Palacio de Gobierno.
El mandatario agregó que la ley es la herramienta «más adecuada para cuidar los empleos y mantener la dinámica de la economía» al considerar que con otras medidas como el lavado de manos y el distanciamiento social se ayudará a reducir los niveles de contagios «en algunos casos hasta el 50 % según la evidencia científica».
Abdo Benítez, del conservador Partido Colorado, apeló a su propio ejemplo, al expresar que durante toda la pandemia no se ha infectado y seguido con la actividad presidencial, pese a tener casos en su entorno laboral y familiar.
Por su parte, el asesor jurídico de la Presidencia, Hernán Hutteman, explicó a los medios que la ley obliga a usar el tapabocas a «todas las personas mayores de 10 años, en lugares públicos cerrados o privados de uso público o en locales abiertos donde no se puedan mantener distancia mínima de 2 metros».
La ley, que establece excepciones como para quienes circulan en vehículos propios o actividades incompatibles con su uso, prevé multas de entre el equivalente a 57 y 233 dólares para infractores individuales y de 2.330 dólares a dueños de autobuses públicos que la incumplan.
Los locales comerciales que transgredan la normativa se exponen a la multa más elevada, además de cierre temporal o definitivo en caso de reincidencia.
El presidente también destacó la promulgación de una modificación a la ley de vacunas que redundará en las gestiones que llevan a cabo las autoridades sanitarias y él mismo con colegas de países a los que no identificó, con vías a «facilitar lo antes posible el acceso a las vacunas».
En este sentido, el ministro de Salud, Julio Mazzoleni, reiteró en las misma comparecencia que el Gobierno está en negociaciones con cinco empresas farmacéuticas y que la llegada de la primera partida, prevista inicialmente para el primer trimestre de 2021, será «anunciada cuando todo esté definido».
Mazzoleni explicó que uno de los inconveniente «es la escala de la compra» para un país como el suyo, de una población de 7 millones, frente a aquellos que «tienen más habitantes» o «pusieron compromiso de dinero» o se sumaron a ensayos clínicos.
Paraguay está entre los países suramericanos que esperan ser beneficiados a través del programa Covax, una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que busca el acceso igualitario de países de menor desarrollo.
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