Mediante un comunicado de la hermana del líder norcoreano, Kim Jong-un, difundido hoy, el régimen de Pionyang ha puesto punto final al congreso del partido único cargando duramente contra Seúl por espiar sus preparativos para un desfile militar.
EFE
Kim Yo-jong, hermana del dirigente, cobró protagonismo criticando severamente e incluso insultando a las fuerzas armadas de Corea del Sur en un mensaje que desconcierta a algunos analistas, ya que su rango parecía haber descendido tras la reunión del Partido de los Trabajadores.
«Son idiotas y encabezan la lista mundial de mala conducta», dijo Kim sobre el ejército sureño, al que acusó de mostrar una «actitud hostil» por vigilar en los últimos días los movimientos en Pionyang para verificar la celebración de un desfile militar con motivo del mencionado congreso.
La agencia estatal de noticias KCNA confirmó a su vez que el octavo congreso del Partido de los Trabajadores concluyó el martes tras ocho días de sesiones, el doble que durante la asamblea anterior, en 2016.
MÁS DISUASIÓN
KCNA recogió las palabras de clausura del líder Kim Jong-un, que insistió en fortalecer la «disuasión nuclear» y «las capacidades militares» tras advertir durante el congreso de que su régimen comenzará a probar nuevas armas si el nuevo Gobierno estadounidense no desatasca el diálogo sobre desnuclearización.
Durante la magna reunión política, Kim también aseguró que el régimen tiene, entre esos nuevos proyectos armamentísticos con posibilidades, misiles con mayor alcance, armas nucleares tácticas (para su uso en objetivos de Asia nororiental) o cabezas nucleares múltiples.
Desde diciembre, fotos por satélite han mostrado ensayos de tropas en Pionyang para un desfile (evento en el que el régimen exhibe a veces nuevo armamento), lo que apuntaba a que la reunión del partido concluiría con una cierta presencia militar, como ya sucedió en el anterior congreso de 2016.
La inteligencia militar de Corea del Sur informó que el pasado domingo se captó movimiento intenso de vehículos y tropas en la capital norcoreana, aunque aún no está claro si se trató de un último ensayo o del desfile en sí (el régimen aún no ha publicado ningún tipo de imágenes).
Por su parte, Kim Yo-jong admitió la celebración de un desfile (aunque sin precisar la fecha), pero defendió que se trata de una acción que no busca enviar un mensaje al exterior.
¿HA PERDIDO RANGO KIM YO-JONG?
Teniendo en cuenta que el texto congresual la citó como «vicedirectora de departamento» en vez de «vicedirectora primera de departamento» (cargo que ostentaba hasta ahora), se cree que Kim Yo-jong, a la que el congreso también ha retirado de la lista de miembros alternos del buró político, podría haber sido degradada dentro del régimen.
Thae Yong-ho, uno de los norcoreanos con mayor rango en el régimen en desertar –fue encargado de negocios en Reino Unido–, quitó peso al hecho de que no haya sido reelegida para el politburó.
«Ascender a Kim Yo-jong habría ido en contra de los objetivos del congreso», explicó Thae en un comunicado remitido a los Medios, explicando que la asamblea ha sido la culminación de un proceso en el que el régimen ha degradado a aquellos vinculados al fracasado diálogo nuclear con EE.UU., en el que intervino la hermana del líder.
«El verdadero poder que uno ostenta en Corea del Norte depende del nivel de acceso que uno tenga a Kim Jong-un, el líder supremo, no del cargo oficial en el partido», dijo Thae, que consideró que el estatus de la hermana «como ‘número 2’ en Corea del Norte es poco probable que cambie».
NUEVO MENSAJE PARA SÉUL
En todo caso, el comunicado de hoy ya apunta a que Kim Yo-jong seguirá ejerciendo de portavoz en materia de relaciones intercoreanas, para las cuales no auguró un buen porvenir al concluir su mensaje diciendo que la actitud de Seúl estos días deberá «tenerse en cuenta en el futuro».
En este sentido, su mensaje parece destinado a subrayar lo que ya dijo durante el congreso el primer dirigente, que habló de las condiciones para retomar el diálogo con Seúl, entre ellas suspender maniobras militares conjuntas con EE.UU. –que el régimen considera un ensayo para la invasión– y frenar el ambicioso proceso de modernización del ejército surcoreano.
Más allá de las relaciones externas, durante el congreso también se nombró a Kim Jong-un secretario general del partido, cargo que solo habían tenido su padre y su abuelo y que busca enaltecer aún más al joven líder.
También se ha retomado el plan de celebrar un congreso cada cinco años y se ha aprobado un nuevo plan quinquenal, del que el régimen ha dado muy pocos detalles, para tratar de aliviar la mala situación que vive el país, aislado por la pandemia y asediado por la sanciones.
Este domingo está prevista una sesión de la Asamblea Popular Suprema, el parlamento de facto del país, para tratar lo decidido en el congreso.
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