Venezuela ha dado un paso más en la dolarización del país este martes. Nicolás Maduro, ha anunciado la intención de “avanzar 100% hacia un sistema de pagos digital en el país”, en el cual siga aumentando la creciente influencia del dólar sobre la maltrecha economía venezolana. La divisa estadounidense podrá ser depositada en la banca nacional. “Ya estamos por autorizar, bajo la supervisión de la Superindentencia de Depósitos Bancarios, la apertura de cuentas en dólares a todos los niveles”, afirmó.
Maduro hizo estos anuncios con motivo de su visita a su Asamblea Nacional, recién electa en los cuestionados comicios del pasado diciembre y controlada ahora por el chavismo, en ocasión de la presentación de su Memoria y Cuenta, el informe anual de gestión, un gesto institucional que Maduro no había hecho durante los años en los cuales la oposición controló el Poder Legislativo.
La intención de Maduro por digitalizar totalmente las transacciones comerciales y estandarizar la influencia del dólar –presente ya en un 70% de la economía– tiene lugar en un país con cuatro años de hiperinflación, una hacienda pública devastada por la corrupción y una grave caída en sus ingresos petroleros. El bolívar, la moneda nacional, prácticamente no existe en papel moneda y buena parte de las transacciones y pagos cotidianos se hacen con puntos de venta [tarjetas de crédito], transferencias bancarias y mecanismos alternativos como el pago móvil.
El uso del dólar está autorizado, pero son poco comunes los billetes de baja denominación, lo cual dificulta operaciones comerciales elementales ante la ausencia de cambio. En este contexto, Maduro anunció que el transporte público del país será cancelado con los sistemas de pagos digitales V-Ticket y V-Pos. El Gobierno ya tiene digitalizadas asignaciones salariales, bonos oficiales y subsidios añadidos de la administración pública mediante el denominado Carné de la Patria, estimula el uso de las criptomonedas y ha creado otros mecanismos similares de pago como la Billetera Móvil.
“El Gobierno de Maduro tiene hoy mucho interés en minimizar en lo posible el uso del efectivo”, afirma Leonardo Vera, docente y miembro de la Academia Venezolana de Economía. “La razón principal es que, en un contexto de hiperinflación, esta mecánica de estar imprimiendo billetes a cada rato es muy costosa. La vida útil de cada billete es muy corta, es un gasto enorme para el Estado.” Cada dólar se vende en este momento en un millón y medio de bolívares. El billete venezolano de más alta denominación es de 50.000. El bolívar, la moneda latinoamericana más fuerte durante buena parte del siglo XX, hoy no vale nada.
“Se ha hablado de la dolarización de la economía. Yo he dicho que las expresiones de dolarización del comercio han sido y son una válvula de escape,” afirmó Maduro, cuya administración sigue dando pasos apurados y silenciosos para atraer capitales, congraciarse con el sector privado y dinamizar el comercio exterior en medio del extendido cuestionamiento a su Gobierno. Hasta 2017, tanto Maduro como la plana dirigente chavista culpaban casi diariamente “al dólar criminal”, y “la guerra económica de la burguesía”, como presuntos responsables del naufragio económico del país.
Desde que asumió el poder, en 2013, el Gobierno de Maduro ha impreso dos familias de billetes que al poco tiempo han quedado completamente obsoletos, devorados por un descontrolado aumento de precios que ya parece parte del paisaje, y para el cual no se ha anunciado ninguna estrategia económica en particular.
Antes de que el dólar fuese aceptado abiertamente en Venezuela, hace tres años, la ausencia de bolívares en efectivo dio paso a enardecidas protestas de la población afectada, particularmente en pueblos pequeños al no poder cobrar sus salarios.
“Hay una tendencia en curso, acentuada con el covid, para que muchas economías del mundo digitalicen sus transacciones”, afirma Vera, quien afirma que, contrariamente a lo que pueda pensarse, ya hay un trecho avanzado en Venezuela en estos temas al estar presionado el Gobierno por la necesidad.
Para el asesor financiero Henkel García, director de la firma Econométrica, el Gobierno va a encontrar problemas para masificar esta digitalización: “En cualquier caso, al no resolverse el problema económico del país, mucha gente va a quedar por fuera. La gente necesita bolívares. Gente que no tiene teléfono inteligente, que no quiere usarlo en la calle por miedo al hampa. Es imposible plantearse una meta del 100 por ciento de la digitalización de los pagos. Ni Suecia, país vanguardia en el mundo en estos temas, ha podido hacerlo”.
“Tendremos un gran problema para este objetivo: la debilidad de las plataformas tecnológicas venezolanas y los pocos recursos existentes para ponernos al día”, afirma Vera. “Puede que a futuro tengamos un sistema diversificado de medios digitales, pero con plataformas muy inestables”, concluye.
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