Francia impondrá a partir del próximo domingo, día 31, medidas drásticas que restringirán todavía más las posibilidades de entrar a su territorio para evitar tener que aplicar un tercer confinamiento domiciliario.
EFE
El primer ministro francés, Jean Castex, anunció hoy una serie de medidas para intentar contener la difusión del coronavirus, en particular de las nuevas variantes, entre las que también está el cierre de los centros comerciales no alimentarios de más de 20.000 metros cuadrados.
Castex, que compareció al término de un Consejo de Defensa convocado en el Palacio del Elíseo por el presidente francés, Emmanuel Macron, insistió en que, dada la situación sanitaria, planea la posibilidad de un nuevo confinamiento, pero «todavía podemos darnos una oportunidad para evitarlo».
Desde la medianoche del sábado al domingo, estará prohibido viajar a Francia desde un país exterior a la Unión Europea (UE) o hacerlo en sentido contrario a menos que se tenga un «motivo imperioso», según el primer ministro. Hasta ahora, podían entrar los franceses o extranjeros con residencia en Francia.
En cuanto a los viajes desde otro país de la UE, será imperativo presentar un test PCR negativo y los únicos que estarán eximidos serán los trabajadores transfronterizos.
Eso significa una nueva vuelta de tuerca, ya que desde el domingo pasado era necesario tener una PCR negativa al llegar a Francia desde otro Estado europeo por vía aérea o marítima. Ahora también hará falta para los que lo hagan por carretera o por tren.
Los desplazamientos entre la Francia metropolitana y sus territorios de ultramar en los dos sentidos se limitarán igualmente a aquellos que puedan justificar «motivos imperiosos».
El cierre de los centros comerciales no alimentarios de más de 20.000 metros cuadrados pretende disminuir las grandes aglomeraciones de público. Con ese mismo objetivo, se reducirán los aforos en los grandes almacenes que sigan en servicio.
Castex aseguró que tanto las empresas afectadas por esos cierres administrativos como sus empleados estarán cubiertos por ayudas públicas dentro de la estrategia del «cueste lo que cueste» trazada por Macron para indemnizar por las restricciones sanitarias.
El Gobierno abrirá una concertación con los interlocutores sociales para imponer el teletrabajo donde sea posible y avanzó que eso se aplicará a la Administración.
El primer ministro explicó que aunque «la situación sanitaria está mejor controlada en Francia que en muchos de nuestros vecinos, es preocupante».
Recordó que en los hospitales franceses hay cerca de 27.000 enfermos de covid y más de 3.000 en las unidades de cuidados intensivos.
Sobre todo, puso el acento en «la progresión de las llamadas variantes inglesa y sudafricana que hace pesar un grave riesgo de aceleración de la epidemia». Por eso se justifica la eventualidad de un nuevo confinamiento domiciliario.
Castex avisó de que «los próximos días serán determinantes» para determinar si no hay que llegar hasta ese extremo y afirmó que las fuerzas del orden reforzarán sus controles para que se cumplan las disposiciones que buscan reducir los contactos sociales.
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