La nueva cepa británica ha puesto en jaque a todos los países con una amplia relación con Reino Unido. Algunas naciones que durante la primera ola no sufrieron el mazazo del coronavirus están ahora contra las cuerdas. Portugal es un claro ejemplo de ello, con apenas siete camas UCIs libres. Otro de los países que ahora ha tenido que tomar medidas drásticas ante el avance de la covid-19 es Países Bajos.
Por LA RAZÓN
Las nuevas restricciones no están siendo bien aceptadas por la población. Pero el ritmo al que se propaga la variación británica, conocida como B.1.1.7, es pasmoso. Si la semana pasada, las autoridades sanitarias neerlandesas informaban que la nueva cepa era responsable de alrededor de un tercio de todas las nuevas infecciones en Países Bajos, hoy, el ministro de Sanidad interino, Hugo de Jonge, ha informado que la mitad de los nuevos contagios de covid-19 hasta el 26 de enero provienen de la nueva cepa.
Según ha escrito el propio De Jonge en una carta al Parlamento, la “mutación británica” es casi un 50% más contagiosa que la variante anterior, de acuerdo con los cálculos que han realizado hasta el 14 de enero.
El Gobierno interino de Mark Rutte ha advertido en repetidas ocasiones que las nuevas mutaciones podrían conducir a una nueva ola de infecciones en las próximas semanas, a pesar de una disminución constante en el número de casos de COVID-19 desde principios de año.
Para detener la propagación de las nuevas variantes, la semana pasada se instauró un toque de queda nocturno que no ha sido bien recibido por la población de Países Bajos, especialmente los jóvenes.
Pero en un primer paso hacia la flexibilización de las medidas, el Gobierno de Rutte decidió el domingo reabrir las escuelas primarias a partir de la próxima semana, ya que se consideraba que los niños pequeños desempeñan un papel marginal en la transmisión de la enfermedad.
Los medios holandeses informaron hoy que el Gobierno también estaba considerando eliminar el toque de queda a principios de la próxima semana. Según el diario “NRC”, la polémica medida será levantada el 10 de febrero. El toque de queda impuesto entre las 21:00 y las 4:30 de la mañana fue el primero en Países Bajos desde la Segunda Guerra Mundial. Las protestas violentas contra la drástica medida han acabado con centenares de detenidos.
El lunes, el número de nuevas infecciones por coronavirus en Países Bajos cayó a su nivel más bajo en cuatro meses, en 3.280.
Según recoge Reuters, desde el inicio de la pandemia se han reportado casi 1 millón de infecciones por coronavirus en Países Bajos, con más de 14.000 muertes.
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