El opositor afronta este martes un juicio crucial mientras sus partidarios han convocado nuevas protestas para exigir su liberación.
Alexéi Navalni se enfrenta este martes a un juicio crucial. La Fiscalía rusa ha pedido una condena de hasta tres años de cárcel para el líder opositor, mientras la tensión entre el Kremlin y los partidarios del activista aumenta. Navalni, de 44 años, está acusado de violar repetidamente una sentencia suspendida de prisión por fraude, impuesta en 2014, y los términos de la libertad condicional por no presentarse en las revisiones judiciales. El opositor, que fue arrestado nada más regresar a Moscú desde Alemania, donde se recuperó de un envenenamiento grave sufrido este verano en Siberia, asegura que los cargos son otra persecución política más para acallarle. El tribunal de Moscú donde comparece el activista anticorrupción y donde se han citado sus seguidores ha amanecido cercado por las fuerzas de seguridad. Ya hay al menos una veintena de detenidos.
La indignación por el nuevo proceso a Navalni, que cumple desde el 18 de enero 30 días de prisión preventiva, ha encendido las protestas anti-Kremlin, que han sacudido Rusia los dos últimos fines de semana. El domingo, el despliegue policial inédito en las principales ciudades de Rusia y la dura represión policial no logró sin embargo apagar las manifestaciones, que terminaron con más de 5.100 detenidos en todo el país, algunos con destacada violencia, uso de porras y pistolas eléctricas.
El Gobierno ruso, que durante años ha tratado de ignorar la existencia del opositor, ha defendido la política de mano dura contra las protestas, prohibidas por las autoridades. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha rematado que la respuesta policial del domingo fue “dura pero legal” y aseguró que los manifestantes “deben ser tratados con todo el peso de la ley”. “Hubo muchos hooligans e instigadores que se comportaron de manera más o menos agresiva con los oficiales de la ley, lo cual es inaceptable. Por lo tanto, es natural que la policía actúe y tome medidas”, comentó el lunes. Las autoridades rusas han abierto 18 casos penales en 18 regiones a participantes en las protestas, según datos de la organización especializada Agora.
Navalni, que se ha hecho conocido por sus revelaciones de la corrupción de la élite política y económica de Rusia, se ha convertido en el crítico más visible al presidente ruso, Vladímir Putin. Además del proceso judicial de este martes, que podría no tener un veredicto el mismo día, el disidente se enfrenta a otros graves cargos de fraude a gran escala que podría suponer una pena de 10 años de cárcel.
La oficina del fiscal general ruso Igor Krasnov emitió un comunicado el lunes en el que defiende la pena de prisión para Navalni en el caso de este lunes. Y reclama que se le restablezca la condena original de tres años y medio de cárcel que se le suspendió en 2014, tal y como solicitó el servicio penitenciario de Moscú, que ya puso a Navalni en la lista de personas buscadas por no comparecer en las revisiones señaladas cuando estaba en Alemania, a donde fue trasladado en coma en verano desde Siberia. El Servicio Penitenciario asegura que fue imposible saber dónde se encontraba. La petición de cárcel es una medida “legal y fundada”, ha dicho Krasnov. “La Fiscalía tiene la intención de defender su postura en la audiencia judicial”, ha recalcado.
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