“¡No puedo respirar!”, gritó José Albert Lizárraga García mientras la oficiales de Indio, California, lo arrestaban. El hispano de 41 años murió por un paro cardiaco durante el incidente, en una dura reminiscencia del caso George Floyd.
Los hechos sucedieron el pasado 22 de enero en el estacionamiento de un centro comercial de la carretera 111 de la localidad californiana. Según reporte policiales, los oficiales detuvieron a Lizárraga García por tener una actitud sospechosa entrando y saliendo de varios establecimientos.
Un video que salió a la luz hace unos días, mostró el momento en que los policías forcejearon con Lizárraga y colocaron sus rodillas en su espalda, tratando de poner una especie de capucha sobre su cabeza, supuestamente para protegerse del COVID-19 porque el hispano los escupió. El implicado gritó en varias ocasiones que no podría respirar.
El reporte de la policía indicó que Lizárraga tuvo una actitud violenta y que los oficiales intentaron calmarlo antes de someterlo por la fuerza.
Los policías solicitaron asistencia del equipo de paramédicos porque Lizárraga presentó problemas de salud tras el forcejeo. En otras imágenes captadas por testigos, se ve a los especialistas dando masaje al pecho del sujeto inconsciente para tratar de reanimarlo.
El departamento de policía aseguró que en los próximos días liberará las imágenes de las cámaras corporales para deslindar responsabilidades.
Tras la difusión de las imágenes la comunidad latina de California exigió se esclarezcan los hechos y se realizaron una serie de vigilias para acompañar a la familia de Lizárraga.
Francisco Ríos, hermano de José Albert, sostuvo en entrevista con Telemundo que la detención se realizó con brutalidad y que había otras formas de resolver el conflicto.
“Son imágenes muy fuertes, no me imagino gente, familia, vecinos, mirando eso y diciendo que es justo, la forma en que murió mi hermano, o es justicia lo que está pasando ahí. Hay muchas más formas que pudieron haber hecho, yo veo mucha maldad, no creo que eso esté bien”.
Lizárraga García estaba a cuatro meses de convertirse en abuelo, pues su hija Tyanna, está embarazada.
“Estoy haciendo todo lo posible para mantenerme fuerte… Ha sido muy difícil, especialmente ver los videos y ver cómo sucede”, expresó Tyanna a los medios locales. La familia abrió una campaña en GoFundMe para recolectar fondos y solventar los gasto funerarios.
“Justicia para Albert”, se leía en cartelones que llevaron manifestantes al Ayuntamiento de Indio. Muchos de los presentes equipararon la situación con el incidente en el que murió George Floyd en Minneapolis el 25 de mayo de 2020.
Quién era George Floyd y por qué su muerte desató protestas en todo EEUU
Cuando George Floyd era un ala cerrada del equipo de fútbol americano de la escuela secundaria Jack Yates en Third Ward, Houston, uno de los barrios predominantemente afroamericanos de la ciudad, sus compañeros lo veían como uno de los atletas más prometedores del vecindario, uno de esos que tienen permiso para soñar en grande.
Anotaba touchdowns o canastas casi a placer, valiéndose de un físico dotado para convertirse en profesional. Tanto, que su equipo escolar llegó a la final estatal de 1992 y pudo saborear la sensación de jugar en un gran estadio, el Astrodome. Aunque perdió ese partido 38 a 20 contra la escuela Temple, Floyd pensaba en grande.
“Lo recuerdo diciendo que quería tomar el mundo, tener un impacto global”, cuenta su compañero de sexto grado Jonathan Veal. Aún tiene la imagen de la primera vez que lo vio: “Tenía unos 12 años y ya medía casi dos metros… Nunca había visto a alguien tan alto antes”.
La altura de Floyd lo hacía naturalmente propenso a ser tentado por el baloncesto, deporte en el que forjó amistades con jugadores que luego serían muy conocidos, como el ex campeón de la NBA Stephen Jackson. El ex San Antonio Spurs relató que al conocerse los sorprendió el parecido físico entre sí. “La primera pregunta que hicimos: ‘¿Quién es tu papá, quién es tu papá?’ Y fue a partir de ahí que dijimos que éramos hermanos gemelos. Siempre salíamos juntos, cada vez que iba a Houston, era mi primera parada para recogerlo”, recordó.
Jackson consumó buena parte de los sueños que todo deportista joven y destacado tiene en los EEUU: fue campeón de la liga profesional de su especialidad al ganar la NBA con los Spurs, donde fue compañero del argentino Emanuel Ginóbili. Pero la historia de Floyd sería diferente, y la fama le llegaría de la peor manera.
Su carrera deportiva de quien ahora es recordado como un “gigante amable” se deshizo en la universidad de Texas A&M Kingsville, donde asistió tras graduarse en Jack Yates durante 1993. La asociación de alumnos y el centro educativo han posteado mensajes de condolencias tras el impacto de su muerte a manos de un policía llamado Derek Chauvin. Luego de esposarlo, el oficial aplastó el cuello de Floyd con su rodilla derecha hasta dejarlo sin respiración y provocarle el posterior deceso.
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