Las kilométricas colas de vehículos en busca de gasolina ya no se ven en las estaciones de servicio dolarizadas que permanentemente tienen combustible. El drama lo padecen los conductores que no pueden pagar el litro en 50 centavos de dólar, y deben pasar días o hasta semanas en bombas subsidiadas que cada vez son menos en el país. Según advierten expertos petroleros, se está dando una «privatización silenciosa», en el área de comercialización del combustible, donde cada vez más empresarios particulares participan en el proceso sin que el gobierno informe abiertamente a la población. Gremios económicos también están proponiendo al Ejecutivo nacional participar en la producción de gasolina y diésel, con el propósito de «destrancar» el juego de la escasez de combustible, que mantiene a varios sectores semiparalizados.
Ana Uzcátegui | La Prensa de Lara
«En los principales estados se encuentran instalados unos verdaderos bodegones de gasolina. Son estaciones de servicios que cobran el combustible en dólares, pero además ahí se consiguen licores, chucherías y cualquier producto importado». Comentó el economista José Toro Hardy, exdirector de PDVSA. Haciendo referencia a una cadena de gasolineras que se ubica en Caracas y el interior del país, que son a su vez grandes expendios de alimentos, licores y exquisitez, donde los conductores sólo tardan unos pocos minutos para llenar los tanques de sus carros, como en la Venezuela del pasado, cuando no había problemas por combustible. El único requisito es que los ciudadanos paguen con dólares.
La producción de gasolina o diésel en el país no ha mejorado en Venezuela en los últimos meses, según indicó Toro Hardy. Dos refinerías de PDVSA: Amuay y El Palito, siguen registrando graves problemas para mantenerse operativas por la falta de inversión y mantenimiento oportuno. «Espasmódicamente esas refinerías se activan, producen un día 25 mil barriles de gasolina, pero al siguiente se paralizan, registran vibraciones o conatos de incendios. PDVSA que era la segunda empresa petrolera más grande del mundo, hoy está en ruinas y es responsabilidad de la política aplicada por el gobierno, que durante años no ha hecho las inversiones correspondientes para mantener la industria», informó.
Comentó que el país en medio de la crisis económica en que se encuentra requeriría cerca de 110 mil barriles diarios de gasolina para abastecer la demanda total de la población, pero lo que le llega a los estados es una cantidad a cuentagotas, fundamentalmente una gasolina que sigue siendo importada de Irán, a pesar de la sanciones internacionales impuestas por Estados Unidos.
«Entre inversiones y gastos la industria petrolera requeriría una suma por el orden de 25 mil millones de dólares por año, durante ocho ó 10 años para poder alcanzar un nivel de producción de tres millones de barriles diarios, y aún seguiría siendo inferior al nivel de producción que tenía PDVSA en 1998 (que era 3.279 millones de barriles diarios). Eso explica el brutal nivel de destrucción a la que ha sido sometida la estatal petrolera. Está claro que el Estado no cuenta con esos recursos, entonces el trabajo de la recuperación de la industria tiene que pasar por manos del sector privado», apuntó.
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