El American Journal of Medicine (AJM), revista médica y diario oficial de la Alianza para la Medicina Interna Académica de EE.UU., no ha avalado que la hidroxicloroquina cura el coronavirus, como alegan publicaciones en las redes sociales en ese país y Brasil.
EFE
A través de Facebook y Twitter, varios usuarios han compartido imágenes y textos que aseguran que dicho magacín, creado en 1946, «informa ahora que la hidroxicloroquina, de hecho, contrarresta y cura la COVID-19», luego de meses de debate político y médico sobre el alcance del medicamento como profilaxis contra el virus.
Inclusive, uno de los mensajes circula en Estados Unidos con reclamos que resaltan que el expresidente Donald Trump, quien defendió su uso durante su Gobierno, «probó de nuevo que tenía razón» y que «la oposición de los liberales e incluso la satanización a sus recomendaciones costaron miles de vidas”.
Según esa publicación, compartida más de 700 veces, «el 90 % de las muertes causadas por el coronavirus pudieron evitarse» y los culpables fueron «los liberales, los demócratas, los mentirosos medios» y el doctor Antony Fauci, quien todavía en el Gobierno de Joe Biden sigue a la cabeza de la lucha anticovid en EE.UU.
Este mismo tipo de mensajes ha aparecido también en Brasil, otro país cuyo Gobierno, en este caso el comandado por Jair Bolsonaro, ha apoyado abiertamente el uso de esta sustancia.
De hecho, el país suramericano ha impulsado su utilización citando en diversos foros y momentos un artículo publicado en enero pasado en el AJM, en el que varios científicos exponían las posibilidades del fármaco como posible tratamiento preventivo.
A partir de allí, los usuarios brasileños de las redes sociales han dado por hecho el supuesto aval de la revista y critican que aún con esas «pruebas» se haya desaconsejado dicho medicamento, que según la universidad norteamericana Johns Hopkins está probado solo contra la artritis, los síntomas del lupus y la malaria.
«Bastó con que la revista científica American Journal of Medicine publicara estudios sobre eficacia de este tratamiento precoz para que Facebook afirmara que se equivocó al silenciar”, asegura uno de los mensajes.
DATOS: Lo cierto es que The American Journal of Medicine ha desmentido haber dado algún aval a la hidroxicloroquina como tratamiento anticovid. La publicación respondió a las citas del Gobierno brasileño del artículo publicado en sus páginas y dejó claro que su uso, de acuerdo con nuevos estudios más concluyentes, puede llegar a ser «dañino» para el organismo.
Los editores de la revista médica emitieron un comentario el pasado 17 de febrero para aclarar que “nada puede estar más alejado de la verdad” que los intentos del Gobierno de Bolsonaro de usar a la entidad como “prueba” de que la hidroxicloroquina cura la covid-19 o que dicha publicación ha avalado su uso.
“El AJM no es una agencia reguladora ni un árbitro de disputas políticas y científicas. El AJM es un vehículo de comunicación empleado por científicos y médicos para brindar información que es potencialmente útil para los médicos de todo el mundo», aclararon los responsables del periódico médico.
«Es completamente inexacto afirmar que la AJM ha respaldado una intervención terapéutica”, añadieron, para luego aclarar que, si bien en sus páginas circuló una carta firmada por un grupo de científicos que apoyó el uso del medicamento, luego se ha hallado en otras investigaciones un «efecto dañino» de la sustancia.
«El artículo que el Gobierno brasileño cita como ‘prueba’ de la eficacia de la sustancia se publicó en PubMed antes de que los estudios demostraran que la hidroxicloroquina hace más daño que bien. Los resultados de los estudios científicos siempre están abiertos a revisión y a investigaciones posteriores”, aseguraron.
Finalmente, la publicación resaltó que así como ese artículo científico fue publicado en sus páginas también otros que han advertido sobre su uso forman parte de sus ediciones anteriores.
UN MEDICAMENTO POLITIZADO
La hidroxicloroquina se ha convertido en un medicamento popular tanto por una decena de estudios científicos que buscaban confirmar su efectividad contra la pandemia de covid-19 así como por el hecho de que figuras como Trump o el presidente brasileño hayan recomendado su uso.
El expresidente estadounidense se refirió en múltiples ocasiones durante su administración (2017-2021) a este fármaco como un posible tratamiento para la covid-19 e, incluso, llegó a afirmar -meses antes contraer él mismo el virus- que lo estaba ingiriendo.
En marzo de 2020, tras la publicación de una de las primeras investigaciones sobre el fármaco, realizada en Francia, el líder republicano comenzó a hablar de que “la hidroxicloroquina y la azitromicina podían cambiar el juego en la historia de la medicina”.
En esas mismas fechas, cuando Brasil era ya el segundo país del mundo con más casos de COVID-19, Bolsonaro impulsó un protocolo para el tratamiento de pacientes con coronavirus que ampara el uso de la cloroquina y la hidroxicloroquina en casos leves.
«Aún no existe comprobación científica, pero está siendo experimentada y usada en Brasil y en todo el mundo. De todas formas: estamos en guerra» y «peor que ser derrotado es la vergüenza de no haber luchado», resaltó entonces Bolsonaro en su cuenta de Twitter.
Las declaraciones de estos líderes mundiales hicieron que el antimalárico se hubiera agotado por semanas y generado complicaciones para el tratamiento de pacientes con lupus o artitris, como reportaron varias organizaciones médicas.
LA OMS DESACONSEJA SU USO
Finalmente, esta misma semana el uso de la hidroxicloroquina fue «fuertemente» desaconsejado por un grupo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según un artículo del British Medical Journal (BMJ) elaborado por el Grupo de Desarrollo de Directrices de la OMS, ese fármaco ha dejado de ser «una prioridad de investigación» y los recursos deberían centrarse en otros más prometedores.
La «firme recomendación» se basa en «pruebas de alta certeza» procedentes de seis ensayos controlados aleatorios con más de 6.000 participantes, con y sin exposición conocida a una persona infectada por el SARS-Cov-2.
La hidroxicloroquina, según lo que los expertos califican pruebas de alta certeza, «no tuvo un efecto significativo sobre la muerte y el ingreso en el hospital».
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