Desde diciembre, más de 600 estudiantes han sido secuestrados en escuelas en el noroeste de Nigeria, lo que pone de relieve la grave crisis que vive el país, en el que se producen una gran cantidad de raptos a cambio de dinero.
Por BBC
El secuestro hace unos días de casi 300 menores en la Escuela Secundaria de Ciencias para Niñas del Gobierno, un internado de Jangebe, en el estado de Zamfara, fue el segundo rapto masivo de escolares en el país en menos de 10 días.
El pasado 17 de febrero, 27 niños y sus maestros también fueron sacados de una escuela en Kagara, en el estado de Níger, siendo liberados al cabo de unos días.
Las autoridades dicen que los recientes ataques a escuelas en el noroeste del país han sido perpetrados por «bandidos», un término vago para llamar a secuestradores, ladrones armados, ladrones de ganado, pastores de la región de Fulani y otras milicias armadas que operan en la región y que están principalmente motivados por el dinero.
Muchos aquí creen que una infraestructura de seguridad débil y unos gobernadores que tienen poco control sobre la seguridad en sus estados (la policía y el ejército están controlados por el gobierno federal) y que han accedido a pagar rescates, han hecho de los secuestros masivos una lucrativa fuente de ingresos.
Es una acusación que los gobernadores niegan.
El gobernador de Zamfara, Bello Matawalle, quien en el pasado prometió a los bandidos «arrepentidos» que les daría casas, dinero y automóviles, dijo que la gente «que no se sentía cómoda» con su «iniciativa de paz» estaba saboteando sus esfuerzos para poner fin a la crisis.
Hasta ahora, las víctimas de secuestro generalmente eran viajeros que utilizaban las carreteras en el noroeste de Nigeria, y pagaban entre US$20 y US$200.000 por su libertad.
Pero desde el muy publicitado secuestro en 2014 de 276 colegialas de la escuela secundaria de Chibok, en el estado de Borno, a manos de militantes islamistas de Boko Haram, más grupos armados han recurrido al secuestro masivo de estudiantes.
Recompensas de coches y dinero
Secuestrar a cientos de estudiantes en lugar de a quienes viajan por carretera garantiza tener publicidad y la participación del gobierno en las negociaciones, lo que podría significar millones de dólares en pagos de rescate.
La experta en seguridad Kemi Okenyodo cree que esto ha hecho que los secuestros de escolares sean lucrativos para las bandas criminales.
«La decisión de pagar los rescates debe revisarse. ¿Cuáles son los mejores pasos a seguir para prevenir los secuestros y así evitar el pago del rescate?», se pregunta.
El presidente Muhammadu Buhari también ha insinuado que los gobernadores estatales están alimentando la crisis.
«Los gobiernos estatales deben revisar su política de recompensar a los bandidos con dinero y vehículos. Tal política tiene el potencial de ser contraproducente, con consecuencias desastrosas», señaló a través de su cuenta de Twitter.
State Governments must review their policy of rewarding bandits with money and vehicles. Such a policy has the potential to backfire with disastrous consequences. States and Local Governments must also play their part by being proactive in improving security in & around schools.
— Muhammadu Buhari (@MBuhari) February 26, 2021
El autor intelectual del secuestro de más de 300 estudiantes en el estado de Katsina en diciembre fue indultado recientemente en el cercano estado de Zamfara, después de «arrepentirse» y entregar sus armas al gobierno.
El gobernador Matawalle prometió a Auwalu Daudawa y su pandilla alojamiento en la ciudad, junto con asistencia para mejorar sus medios de vida.
En julio del año pasado, Matawalle prometió a los bandidos dos vacas por cada fusil AK-47 que entregaran.
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