La directora para América Latina y el Caribe de Unicef, la hondureña Jean Gough, alertó sobre el olvido institucional de la Región Autónoma del Caribe Norte (RACN) de Nicaragua, la más pobre y aislada, y de unos 500.000 habitantes, en su mayoría indígenas, que fue azotada hace cuatro meses por los poderosos huracanes Eta e Iota.
EFE
Gough, que visitó cuatro comunidades durante una gira de seis días en Nicaragua, dijo en entrevista con Efe que el impacto que dejaron los dos huracanes en la RACN, donde golpearon en categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, de un máximo de 5, es «enorme» y urge buscar soluciones a las necesidades de esa población.
El impacto es tal, dijo, que en Wawa Bar, una comunidad indígena costera de 1.512 habitantes, ubicada a 24 kilómetros al sur de Bilwi o Puerto Cabezas, ciudad cabecera de la RACN, a la que se puede llegar por helicóptero, vía acuática sobre el río Lamlaya, o desde el mar Caribe, un barco quedó enclavado en el centro de esa aldea.
«Eso muestra el impacto y el impacto fue grande», ilustró la funcionaria, quien explicó que la recuperación va a ser lenta por los cuantiosos daños causados y por ser una región aislada y de difícil acceso.
DAÑOS SIGUEN SIENDO VISIBLES
En las cuatro comunidades que visitó, dijo, en dos, que son de las más aisladas, las inundaciones contaminaron las fuentes de agua, arrasaron con los cultivos, las «pertenencias de sobrevivencia de las poblaciones», y con parte del techo de las viviendas.
Las otras dos, entre ellas Wawa Bar, sufrieron otro tipo de impacto, entre ellos que el agua del mar entrara a las comunidades, destruyera casas y derrumbara árboles, incluso frutales, y contaminara pozos y las fuentes de agua.
Los otros daños visibles son el impacto psicosocial en la niñez y adolescencia, que después de haber sido evacuados, regresaron a sus comunidades y no encontraron su vivienda de pie, indicó.
Para Gough, la recuperación será lenta porque los comunitarios perdieron sus cultivos, sus herramientas de trabajo, sus lanchas o canoas, están reconstruyendo sus viviendas, y la ayuda ha llegado a cuentagotas.
Hasta ahora Unicef Nicaragua ha recibido cerca de un 50 % de la ayuda solicitada, estimada en 20 millones de dólares.
SE NECESITAN 742 MILLONES DE DÓLARES
El Gobierno de Nicaragua ha estimado en 742 millones de dólares las pérdidas causadas por los huracanes, que además dejaron 21 muertos, sin incluir al menos siete víctimas, tres de ellas durante el paso de Eta, que no fueron reconocidas por las autoridades.
Entre las principales necesidades identificadas durante su visita a esa región, la directora regional de la Unicef mencionó el acceso al agua potable, a la energía eléctrica, a mantener la educación en secundaria, la infraestructura, y la salud mental principalmente en la niñez y adolescencia.
También la necesidad de mantener una cadena fría en los centros de salud para garantizar la vacunación más de una vez al mes, aprovechar la energía solar en esta época del año, así como la tecnología digital en el tema educativo.
Gough abogó por darle mayor visibilidad a la crisis en la RACN, «dada la desigualdad que existe» con el resto de Nicaragua, una tarea que, según dijo, pueden hacerla Unicef colectivamente con el Gobierno y con otros sectores.
«Nosotros, de parte de Unicef, hicimos un llamado a recursos y pedimos como 20 millones de dólares, de estos hemos recibido como un 50 %», aseguró.
VISIBILIZAR LA CRISIS HUMANITARIA
Asimismo, explicó que el motivo de su visita a Nicaragua «es tratar de llamar la atención de las necesidades de esta región, porque esta región ha desaparecido de las pantallas de televisión y necesitamos hacer que realmente se pueda hacer más visible las necesidades de estas comunidades».
«Este fue el interés de nosotros de venir aquí (Caribe de Nicaragua) y conversar con las familias, con los chicos y poder hacer más visible la crisis que existe y las necesidades que existen en esas poblaciones que están aisladas», anotó.
Para la directora regional de la Unicef, es necesario invertir más en esa zona de Nicaragua principalmente en el acceso al agua, a mejorar la calidad de la educación, en la salud mental de la niñez y la adolescencia, y en el tema de la nutrición «porque ya sabemos que la gente no tiene acceso a alimentos porque perdió las cosechas y sus herramientas de trabajo».
Lamentó que la crisis humanitaria en la RACN causada por los huracanes no sea un tema de agenda mediática.
«Estas cosas en las pantallas desaparecen rápidamente porque vienen otros problemas que hay en otras partes del mundo y desaparecen», razonó Gough, que prometió que la Unicef buscará cómo mantener visible las necesidades de los comunitarios del Caribe de Nicaragua con el fin de que sus habitantes tengan un poco de esperanza.
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