El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, afirmó este jueves que el Ejército es una garantía de «estabilidad» para el país y actuará siempre dentro de los límites establecidos por la Constitución, pero no admitirá a quien salga de ese marco.
«Nuestro Ejército, de tradición, respeto y orgullo, reconocido por toda nuestra población, representa para Brasil una estabilidad», declaró Bolsonaro, capitán de la reserva de esa fuerza, en un acto de promoción de nuevos oficiales.
«Nosotros actuamos dentro de las cuatro líneas de la Constitución y siempre actuaremos así», pero «no podemos admitir a quienes, por ventura, quieran salir» de ese marco, añadió el mandatario, en el que ha sido su primer acto público con militares desde que promovió unos inesperados cambios en las Fuerzas Armadas.
El pasado 29 de marzo, Bolsonaro anunció la destitución del hasta entonces titular de Defensa, el general Fernando Azevedo e Silva, incluida en una profunda reforma de gabinete que implicó cambios en seis de los 23 ministerios del Gobierno.
Azevedo e Silva fue reemplazado por el general Walter Braga Neto, un militar mucho más cercano al mandatario, y los cambios siguieron al día siguiente con la sustitución al mismo tiempo de los jefes de las tres Fuerzas Armadas, algo que hasta entonces no había ocurrido en el país.
En su discurso de este jueves, Bolsonaro no hizo alusión a esos cambios, hasta hoy no explicados, y dijo que «el momento es difícil» y que Brasil vive «una fase un tanto imprecisa».
Sin embargo, subrayó que el país «siempre» tendrá a las Fuerzas Armadas en la defensa de la «bandera verde y amarilla, en perfecta sintonía con los deseos de la población».
Desde que asumió el poder, en enero de 2019, Bolsonaro se ha escudado en las Fuerzas Armadas para gobernar, al punto de que casi la mitad de sus 23 ministros tiene origen castrense y unos 6.000 oficiales ocupan cargos de diversa importancia en el Gobierno.
En los últimos meses también ha reforzado la presencia militar incluso en empresas estatales.
El pasado 19 de febrero, destituyó al economista Roberto Castello Branco de la presidencia de la petrolera Petrobras y nombró en su lugar al general Joaquim Silva e Luna, descontento con las políticas de precios de la empresa, que han encarecido los combustibles.
Silva e Luna era hasta entonces director de la hidroeléctrica de Itaipú, que Brasil comparte con Paraguay, cargo que este miércoles fue asumido por el también general Joao Francisco Ferreira.
EFE
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