Los presidentes del Senado brasileño, Rodrigo Pacheco, y la Cámara de Diputados, Arthur Lyra, dijeron este lunes que pidieron ayuda al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, para mejorar el acceso del país a las vacunas anticovid.
EFE
Tanto Pacheco como Lyra informaron a través de sus redes sociales sobre la conversación con Guterres, a quien le explicaron la crítica situación de Brasil, que supera las 350.000 muertes y 13,4 millones de casos de coronavirus, con los hospitales al borde del colapso.
«Expusimos la situación dramática de Brasil» y «reforzamos el pedido de ayuda a la ONU para que el país se convierta en prioridad para el consorcio Covax Facility, a fin de que haya una anticipación en la entrega de las vacunas», explicó Pacheco.
El consorcio Covax Facility es una iniciativa que reúne a unos 150 países y apunta a garantizar una distribución equilibrada de vacunas, de las que Brasil ha reservado 42 millones de dosis con esa instancia pero aún no ha recibido ninguna.
Más allá de eso, en negociaciones con diversos laboratorios, el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro asegura haber «contratado» otras 500 millones de dosis, suficientes para vacunar a los 210 millones de brasileños y que deberían llegar al país a lo largo de este año.
Sin embargo, el proceso de inmunización avanza en el país a paso de tortuga y hasta ahora, según datos oficiales, solamente han sido vacunadas 26 millones de personas, en su gran mayoría con la primera de las dos dosis necesarias.
Buena parte de las vacunas que Brasil espera recibir este año serán elaboradas por el Instituto Butantan, de Sao Paulo, y la Fundación FioCruz, de Río de Janeiro, que tienen sendos acuerdos para la producción de las vacunas desarrolladas por el laboratorio chino Sinovac y el consorcio AstraZeneca-Universidad de Oxford.
Sin embargo, ambos institutos hasta ahora se limitan a envasar en el país las vacunas, que solo estarán en capacidad de producir en su totalidad para el segundo semestre de este año.
La conversación de Pacheco y Lyra con Guterres ocurrió veinte días después de que el Senado brasileño aprobó una moción en la que pidió ayuda de la comunidad internacional para la vacunación contra la covid-19 y alertó de que el país puede constituir «un riesgo real para el mundo».
La solicitud fue dirigida a la ONU, a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), así como al G20, a los Parlamentos de Estados Unidos, el Reino Unido y China, y a los laboratorios productores de vacunas.
El documento destacó que ese pedido «ocurre en un momento en que la sombra nefasta de la muerte planea sobre millones de brasileños y en que nuevas formas del virus de la covid-19 se convierten en una amenaza global», en alusión a las variantes que circulan en Brasil, incluida una tres veces más contagiosa y nacida en la Amazonía.
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