El que el magistrado del Tribunal Supremo de Justica, Alejandro Rebolledo, designado por la Asamblea Nacional legítima de Venezuela de 2015, dictó contraJoao De Gouveia, el asesino de la Plaza Francia o Altamira el 6 de diciembre del año 2002, por los cargos de homicidio calificado consumado, en el caso de las muertes de tres personas y por homicidio en grado de frustración de 25 heridos.
Por Luis Perez – Miami Mundo
Alejandro Rebolledo dedicó muchos años de su vida al Poder Judicial, dentro del cual luchó y batalló como juez. Fue quién condenó a casi 30 años de cárcel a Joao De Gouveia en el 2003, a quien le salía -según sus cómputos- más de 214 años. Cree en la acumulación de la pena como medida severa contra los criminales.
“Prefiero ser UN ABOGADO DE PIE que un juez arrodillado”.
“Preferí ser un abogado de pie que un juez arrodillado. Creo que los méritos son importantes en el mundo. No se puede ser juez, fiscal o defensor de la noche a la mañana. Es un proceso y uno va madurando en la medida en que vas avanzando en el cargo porque los casos te van enseñando. No puedes hacer a una persona para que administre justicia de la noche a la mañana”.
Dice que “Ese fue el caso más frustrante de toda mi vida, de toda mi trayectoria como juez, porque yo creo en la acumulación de la pena. Haciendo los cómputos, a este señor le salían 214 años, 5 meses y 10 días de presidio, pero se tuvo que llevar a la pena máxima aplicable en Venezuela que son 30 años, como establece nuestra Constitución, y le rebajé un mes”.
El asesino de la Plaza Altamira
El caso de Joao De Gouveia, cuando disparó a un grupo de personas el 6 de diciembre de 2002 en la Plaza Altamira, siempre estará presente en el consciente colectivo.
El expediente de la sentencia por Alejandro Rebolledo, entonces juez de juicio de primera instancia en lo Penal, quien, a pesar de que el culpable reconoció los hechos para que le rebajaran la pena, lo sentenció a 29 años y 11 meses.
Y es que su bandera siempre ha sido la acumulación de la pena como una propuesta para ser severos contra quienes cometen delitos, aunque sabe muy bien que la violencia tiene 40 causales, por lo que más importante aún es darle a conocer a la sociedad los valores espirituales y emocionales, así como ofrecerle mejor capacitación y adiestramiento, no sólo a los cuerpos policiales y militares, sino también a quienes administran la justicia.
Joao De Gouveia, un taxista de 37 años y de origen portugués, disparó a mansalva en la noche del 6 de diciembre contra personas que se manifestaban en la plaza de Altamira, al este de Caracas, en apoyo a militares disidentes sin cargos ni tropas a su mando, declarados en rebeldía desde el 22 de octubre. Una anciana, un docente de 53 años y una estudiante de 17 años de edad murieron por los disparos de De Gouveia, quien llegó a vaciar dos cargadores sobre los manifestantes e hirió a otras 25 personas.
El expediente de Gouveia AQUÍ
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