El envejecido Partido Comunista de Cuba dio paso al primer «presidente» civil de la isla en tiempos de dictadura: Miguel Díaz-Canel Bermúdez. Parece un gran cambio histórico, pero en realidad todo sigue igual.
Cuba dio vuelta a la página de gobiernos de los hermanos Castro, con el retiro el lunes de Raúl Castro, a los 89 años, una transición simbólica, pero que no cambia la línea política del país, uno de los últimos comunistas en el mundo.
«Electo Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de #Cuba en el #8voCongresoPCC», anunció el partido en su cuenta de Twitter al término de la elección de los delegados de esta organización política.
«19 de Abril, día histórico», dijo de su lado en su cuenta de Twitter el presidente Díaz-Canel, de 60 años. «La Generación del Centenario, fundadora y guía del Partido, traspasa responsabilidades» a una generación más joven, añadió.
El cónclave del partido único que se realizó en La Habana y denominado «congreso de la continuidad» concluye el lunes en Bahía de Cochinos, donde hace 60 años Cuba derrotó una invasión anticastrista organizada y financiada por la CIA.
El relevo se da en medio de una profunda crisis económica en el país por la pandemia del coronavirus y el reforzamiento del embargo que mantiene Estados Unidos contra el país desde hace 60 años.
La mayoría de los 11,2 millones de habitantes del país sólo ha conocido a Fidel y Raúl Castro al frente del poder.
«Administrar un país»
Un total de 300 delegados provenientes de toda la isla, en representación de 700.000 militantes, votaron el domingo para elegir al Comité Central, integrado por 114 miembros. El Buró Político, la cúpula del partido, quedó integrado por 14 miembros, informó el partido comunista este lunes.
Para John Kavulich, presidente del Consejo Económico y Comercial Cuba-Estados Unidos, es necesario un relevo generacional.
La salida de Castro esta acompañada de la jubilación de otros militantes que lograron el triunfo de la revolución en 1959 como el segundo secretario, José Ramón Machado Ventura, de 90 años, y Ramiro Valdés, de 88 años.
El partido está envejecido. El 42,6% de sus militantes tiene más de 55 años, lo que frustra las aspiraciones de los jóvenes.
Kavulich considera que en el partido hay una «falta de voluntad para aceptar que ya no necesita luchar por una revolución, sino administrar un país».
Entre muchos cubanos hay un cansancio por la escasez y las largas filas para abastecerse. El país importa el 80% de lo que consume.
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