La Superliga Europea, 48 horas después de su pitazo inicial, era ya un auténtico naufragio. La sentencia de muerte la dictó Andrea Agnelli, presidente de la Juventus, uno de los equipos fundadores, cuando dijo este miércoles: “La Superliga no procederá”, así lo reseñó BBC MUNDO
Agnelli daba por finiquitado así un proyecto que salió a la luz el pasado domingo, cuando 12 de los clubes más poderosos del fútbol mundial -Arsenal, Tottenham Hotspur, Chelsea, Manchester City, Manchester United, Liverpool, Real Madrid, FC Barcelona, Atlético de Madrid, Inter de Milán, AC Milán y Juventus- anunciaron la creación de una Superliga Europea.
El proyecto consistía en poner en marcha una competición donde 15 clubes fundadores disputarían un torneo continental anual, en el que ellos tendrían un cupo fijo y se permitiría la participación de cinco clubes más.
Pero todo estalló. Hinchas, jugadores, entrenadores e incluso políticos y hasta miembros de la realeza británica rechazaron la idea de una liga “elitista” y que, según los críticos, solo buscaba el beneficio económico.
Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA, el órgano rector del fútbol en Europa, disparó: los 12 clubes “habían escupido en la cara del fútbol” y anunció serias sanciones contra el empeño separatista.
Los aficionados británicos salieron a las calles, en medio de la pandemia por el covid-19, para exigirles a sus clubes que no “fueran avaros”, porque era claro que “el fútbol es de los hinchas”.
Y pronto comenzó el goteo de deserciones. En la mañana del miércoles ya eran nueve de 12 los clubes que habían decidido dejar el proyecto ante las reacciones que el anuncio había causado.
1. La resistencia inglesa
El fútbol moderno nació en un pub de Londres en 1863. Además, fue en la isla británica donde se formó en su esencia para después convertirse en un fenómeno global.
Y fue precisamente en Reino Unido donde se registró la mayor resistencia ante la idea de la Superliga. Apenas se dio a conocer el comunicado de los clubes fundadores, uno de los primeros en reaccionar no fue otro que el primer ministro Boris Johnson.
A Johnson le siguieron varios políticos y celebridades británicas.
El príncipe William salió del luto real por la muerte de su abuelo, el príncipe Felipe, y en su papel de presidente de la Federación Inglesa de Fútbol escribió en su cuenta de Twitter: «Comparto la preocupación de los aficionados ante la propuesta de la Superliga, ante el riesgo que conlleva de dañar este juego que tanto amamos».
Tal vez una de las voces que más resonó fue la de Pep Guardiola, entrenador del Manchester City, uno de los clubes firmantes del proyecto.
2. La férrea defensa de la UEFA
Apenas se conoció la creación de esta Superliga Europea, la UEFA sacó todas las armas para luchar contra su implementación.
Una de las principales razones detrás de la creación de la Superliga era buscar mejores réditos económicos que los que actualmente otorga la Champions League, el mayor torneo continental de clubes, que es organizado por la UEFA.
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