Una tribuna de militares retirados franceses llamando al presidente, Emmanuel Macron, a reaccionar ante el “desmoronamiento” de Francia por culpa de los “antirracistas”, los “islamistas y las hordas de las periferias” ha desatado la polémica en el país. Por un lado, están todos los que critican el paso dado por unos (antiguos) miembros de unas Fuerzas Armadas a las que se les exige neutralidad, en un caso con fuertes paralelismos —y lenguaje similar— al que se vivió en España a raíz de la carta que 73 mandos retirados del Ejército escribieron al rey Felipe VI contra el Gobierno de Pedro Sánchez.
Por EL PAIS
Están también los que han lamentado, sobre todo entre la oposición de izquierdas, la respuesta oficial, tardía y poco contundente: apenas una serie de tuits de la ministra de Defensa, Florence Parly, varios días después de la aparición del texto. Finalmente, está la crítica, esta vez relativamente amplia, compartida incluso por el inspirador de la tribuna, ante los intentos de la líder de extrema derecha, Marine Le Pen, de sacar rédito electoralista del malestar de los exmilitares firmantes, invitándolos a su proyecto político.
En el origen de esta nueva controversia está la tribuna publicada el miércoles en la revista ultraconservadora Valeurs actuelles denunciando un “desmoronamiento” de Francia “a través de un cierto antirracismo que busca un solo objetivo: crear un malestar, un odio entre las comunidades” y provocar una “guerra racial”, a la par que “despreciar” el país, “sus tradiciones y su cultura”. Según los signatarios, identificados por la revista como “una veintena de generales, un centenar de altos mandos y más de un millar de otros militares”, Francia también sufre un “desmoronamiento” ante un “islamismo y unas hordas de los barrios periféricos” que intentan, según los firmantes, transformar partes de Francia “en territorios sumisos a dogmas contrarios a nuestra Constitución”.
“Aquellos que dirigen nuestro país deben encontrar, de manera imperativa, el valor necesario para erradicar esos peligros”, reclaman los militares, que instan a Macron a “no perder más el tiempo”. Porque “si no se hace nada”, advierten, “el laxismo seguirá extendiéndose inexorablemente en la sociedad” y podría provocar “la intervención de nuestros camaradas en activo en una misión peligrosa de protección de nuestros valores y de salvaguarda de nuestros compatriotas en el territorio nacional”.
El viernes, Le Pen escribió otra tribuna en la misma revista invitando a los “señores generales” a unirse a su proyecto electoral. “Las inquietudes que manifiestan ustedes con valentía (…) exigen la búsqueda de una solución política (…) Ese es el objetivo de mi candidatura a la presidencia”, escribió la líder de Reagrupamiento Nacional. El autor de la tribuna original, el antiguo oficial de gendarmería y luego chaleco amarillo Jean-Pierre Fabre-Bernadac, ha rechazado el intento “de reclutamiento, cuanto menos torpe”, de Le Pen.
Pero las reacciones más duras contra la tribuna de los militares —y el apoyo de Le Pen— han llegado desde la izquierda. El líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, reclamó tras la “asombrosa declaración de militares arrogándose el derecho de llamar a sus colegas en activo a una intervención”, una respuesta clara del Gobierno y la activación de la justicia contra los militares “facciosos”. También el excandidato socialista Benoît Hamon denunció el silencio oficial. “60 años después del comienzo del ‘putsch [golpe de Estado] de Argel’ [contra el entonces presidente y también militar, el general Charles de Gaulle], 20 generales amenazan explícitamente la república con un golpe de Estado militar. Marine Le Pen les llama a unirse. Ninguna reacción de Florence Parly ni de [el primer ministro] Jean Castex ni de Emmanuel Macron”, tuiteó el fundador de la formación de izquierdas Génération.s. También para el exdiputado macronista Aurélien Taché la situación es inquietante. “Una veintena de generales y miles de militares firman una tribuna donde desafían al Estado y reciben la anuencia de Le Pen. Terrorismo yihadista de un lado, ultranacionalismo del otro, la democracia francesa está bien amenazada”, dijo.
Finalmente, el domingo, la ministra de Defensa publicó tres tuits contra una “tribuna irresponsable”, aunque recordó que como militares retirados, los firmantes “solo se representan a sí mismos”. Parly dirigió el grueso de las críticas contra Le Pen y su “desconocimiento grave de la institución militar, algo inquietante para quien aspira a convertirse en jefa de los ejércitos”, escribió. “Dos principios inmutables guían la acción de los militares ante la política: neutralidad y lealtad (…) Los ejércitos no están para hacer campaña, sino para defender a Francia y proteger a los franceses”, recordó en una respuesta que no ha logrado apagar las críticas: la izquierda sigue reclamando sanciones judiciales contra los militares y una condena explícita de Macron.
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