La ministra española de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, dijo este domingo que quiere dejar atrás «cuanto antes» la crisis de las relaciones con Marruecos y abogó por el diálogo y la diplomacia.
La llegada irregular de unas 8.000 personas a principios de semana a la ciudad fronteriza norteafricana española de Ceuta desde Marruecos (7.000 han sido ya devueltas) recrudeció la crisis diplomática entre ambos países, originada por la entrada en España del líder del independentista saharui Frente Polisario, Brahim Ghali, para recibir asistencia médica en un hospital.
En declaraciones a Radio Nacional de España, la ministra dijo hoy que sintió «mucho dolor y preocupación» por el sufrimiento ante esa masiva llegada de personas a Ceuta y que España «no juega a las represalias con los países socios, amigos y vecinos», sin descartar «la firmeza, cuando hay que tenerla».
Se refirió a la «inmigración desordenada, irregular, que está en manos de mafias», a la que hay que contrarrestar, y para ello se trabaja en Europa con el pacto por la migración, «buscando que sea una lucha común, conjunta con nuestro vecinos», porque no es solo un problema de los países limítrofes, sino de toda la Unión Europea (UE).
Preguntada por si lo ocurrido en esa ciudad ha sido la respuesta marroquí por haber permitido España la entada de Ghali, González Laya reconoció que es «una medida unilateral a un gesto humanitario a una persona que estaba en estado crítico».
Aludió a la reacción «muy clara» de la UE de apoyo a España y críticas a Marruecos en esta crisis porque «la migración es un hecho muy sensible» para Europa.
Respecto a cómo se reconducirán las relaciona con Marruecos, consideró que «hay que mirar hacia el futuro y evitar que estas escenas se reproduzcan», además de ayudar a retornar a los que quieren volver a ese país. «Y en ello estamos con las autoridades marroquíes», porque «reconducir la relación es clave para los dos países».
Para ello, continuó, se mantienen conversaciones de manera discreta.
En cuanto al líder saharaui Ghali, la ministra española señaló que, «cuando se recupere, volverá a su país».
EL FUTURO DEL SAHARA
Sobre la situación del Sahara occidental, recordó que en diciembre Marruecos e Israel normalizaron relaciones a cambio de que Estados Unidos reconociera la soberanía marroquí sobre ese territorio.
«Al conocer el acuerdo -continuó-, respondimos con respeto como siempre hacemos con las decisiones de los demás. A nosotros nos importa la legalidad internacional» y en este asunto, agregó, «hay un contencioso que necesita una respuesta política, que tienen que encontrar las partes».
Para España, indicó, no hay una «solución favorita» y cualquiera que salga, se respetará». Recordó que trabaja con la ONU para nombrar un enviado «que ayude a las partes» porque «nos preocupa este contencioso».
«Nunca haremos nada que suponga agravios para Marruecos, Argelia o el Polisario», sentenció. EFE
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