La derrota ante la estadounidense Sloane Stephens por 3-6, 7-6 (4) y 6-4 será lo de menos y servirá para la estadística del torneo de Roland Garros 2021. Se despidió en la primera ronda, aunque la tenista española Carla Suárez Navarro ya ganó. Superó el cáncer y seis meses de quimioterapia. Este martes volvió a jugar luego de 17 meses y no ocultó su emoción al ingresar a la cancha en medio de los aplausos.
Suárez Navarro, de 32 años, fue 6º del Ranking de la ATP en 2016 y en octubre de 2020, sacudió al mundo al anunciar que padecía un linfoma de Hodgkin (un cáncer que se origina en los glóbulos blancos) y que se sometería a quimioterapia.
La luchó y se recuperó. Nunca perdió la fe y siempre tuvo en la mira volver a tener una raqueta en sus manos, pero no para despuntar el vicio, si no para regresar de forma profesional, a lo grande, y lo hizo en el tradicional torneo parisino.
El certamen es uno de los más importantes y cuenta con 256 jugadores (128 mujeres y la misma cantidad de hombres). Suárez Navarro sacó adelante su situación y se entrenó para intentar volver de la mejor manera en el Grand Slam del polvo de ladrillo, sin la necesidad de tener que utilizar su ranking protegido (actualmente es 118° del ranking mundial).
“El tenis me ha dado muchas cosas y siempre he deseado despedirme dentro de una cancha. Poder elegir el último golpe, tener la capacidad de ponerme yo una fecha es algo que deseaba desde el corazón. Esta era la ilusión que me ha movido a entrenar con fuerza en estos últimos tiempos”, expresó Carla.
Y en la previa al partido de hoy agregó: “Fue una gran una ilusión poder participar en Roland Garros. Estuve trabajando en estos últimos meses para darme la oportunidad de competir una última vez en la tierra de París. Estoy deseando saltar a la cancha y volver a sentir lo especial que siempre ha sido para mí este torneo”.
Carla, ganadora de dos títulos WTA (Oeiras 2014 y Doha 2016), jugó once veces en Roland Garros y alcanzó los cuartos de final en dos oportunidades: 2008 y 2014. No competía oficialmente en un certamen desde febrero del año pasado, en el torneo de Doha (perdió en la segunda ronda con la checa Petra Kvitova).
Tras la caída de este martes cambiará de chip y pensará en lo que viene. En su horizonte también están Wimbledon y el US Open, los dos Grand Slam en los que utilizaría su clasificación protegida (68°) para entrar en lista.
Además, espera pasar el corte de los Juegos Olímpicos de Tokio: la Federación Internacional de Tenis (ITF) cierra la inscripción el próximo 14 de junio, tras la conclusión de Roland Garros. En último término, recurriría a pedir una invitación a la ITF. Desde el primer momento, la tenista recibió el apoyo de sus colegas del circuito WTA y ATP.
Cabe recordar que la tenista nacida en Las Palmas de Gran Canaria tenía previsto retirarse del tenis a fines de la temporada pasada, pero la enfermedad cambió todos sus planes. Ya recuperada y para alegría de todo el mundo de las raquetas, está sana y, todavía, con muchas ganas de jugar. Los amantes de su juego (y de su exquisito revés de una mano), agradecidos.
De espíritu competitivo y siendo muy exigente consigo misma, es posible que la caída de hoy puede haberla frustrado, pero el partido más importante ya lo ganó.
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