La solución a la crisis migratoria que impacta a los países de América requiere la participación de los Gobiernos de todo el continente. Durante su primera visita a Latinoamérica como Secretario de Estado de los EEUU, Antony Blinken, destacó la necesidad de fortalecer mecanismos de colaboración para afrontar las causas de la migración, que incluyen mejorar la gobernanza democrática, la seguridad y las oportunidades económicas en Centroamérica.
Para la embajadora de Venezuela en Costa Rica, María Faría, “una vez más queda constancia del compromiso del gobierno norteamericano tanto en la búsqueda de soluciones democráticas y efectivas, como en la protección y asistencia a los migrantes”, entre los que se incluye a quienes huyen del régimen dictatorial que somete a la población venezolana.
La representante diplomática recordó que, bajo la administración del presidente Biden, se destinó un financiamiento de más de $28 millones para programas en Costa Rica que incluyen la atención a los migrantes venezolanos, que han salido de Venezuela huyendo de la grave crisis humanitaria, política y económica y reiteró a las autoridades costarricenses la disposición de la Embajada “para cooperar y así tener una migración segura, organizada y productiva para el desarrollo del país receptor”.
El secretario Blinken se reunió ayer en San José con cancilleres de Costa Rica, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Panamá y México, y subrayó, en el vigésimo aniversario de la Carta Democrática Interamericana, la necesidad del compromiso de todos los líderes con las elecciones libres y justas, la práctica de un buen gobierno, la consolidación de la separación de poderes, la preservación del estado de derecho, el respeto a los Derechos Humanos y la promoción de condiciones económicas que favorezcan el desarrollo social con equidad.
La raíz de la crisis migratoria
Faría coincide en la necesidad de buscar el encuentro de las naciones democráticas de la región, en función de erradicar desde la raíz las causas que desencadenan esta ola migratoria, en el caso venezolano, la mayor de su historia en el continente, y en la actualidad, solo superada por Siria, un país en guerra.
“La crisis humanitaria generalizada, las sistemáticas violaciones de derechos humanos por parte del régimen y los cuerpos de seguridad, la violencia armada, la inseguridad, la desmedida corrupción de quienes se aferran ilegalmente al poder, la falta de oportunidades educativas y laborales, el deterioro de todos los servicios básicos y el colapso del sistema de salud, aún más en medio de la pandemia del Covid-19, la cual ha sido utilizada por el régimen para mayor control social y discriminación política. Estas son las razones que obligan a los venezolanos a abandonar sus hogares, sentenció la Embajadora.
“la única manera de reducir el impacto de la migración en el continente y en el hemisferio, es atacando las razones que la producen y pasa por realizar elecciones justas, libres y verificables, tal como se plantea en el Acuerdo de Salvación Nacional propuesto por el presidente (e) Juan Guaidó y respaldado por la legítima Asamblea Nacional, la Sociedad Civil, partidos y gremios”, aseguró la diplomática.
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