Los directores de siete de las principales agencias de la ONU unieron sus voces este viernes para solicitar a las potencias del Consejo de Seguridad que mantengan la autorización para que continúe llegando ayuda humanitaria a Siria a través de la frontera con Turquía para auxiliar a 3,4 millones de personas, incluido un millón de niños.
EFE
«Pedimos la renovación de la autorización del Consejo de Seguridad para las operaciones transfronterizas desde Turquía al noroeste de Siria. Si se hiciera, Naciones Unidas detendría de inmediato la entrega de alimentos, vacunas para la covid-19, suministros médicos básicos, refugio, protección, agua potable y saneamiento, y otra asistencia para auxiliar a 3,4 millones de personas, incluido 1 millón de niños», aseguraron los responsables en un breve comunicado.
Se trata de los máximos responsables de la Oficina de Naciones Unidas para Asunto Humanitarios (OCHA), de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el Fondo de Población de la ONU (UNFPA), el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sostienen que «millones de personas se encuentran presionadas contra la frontera en una zona de guerra activa en el noroeste de Siria y siguen necesitando ayuda humanitaria para sobrevivir» y por ello insisten en que «la ONU necesita acceso transfronterizo para llegar a quienes más lo necesitan».
Asimismo, apuntan que Naciones Unidas está en contacto con las partes implicadas para permitir también en esta región del noreste el paso de ayuda a través de las líneas de combate, pero advierten de que esta opción, de llegarse a conseguir y a consolidarse de manera regular, «no podría reproducir el tamaño ni el alcance de la operación transfronteriza».
El actual mecanismo de entregas humanitarias transfronterizas fue aprobado en julio del año pasado como un acuerdo de mínimos, dejando abierto únicamente un cruce con Turquía, después de que Rusia -el gran aliado del Gobierno sirio- y China frenaran hasta cuatro propuestas distintas para mantener un acceso más amplio.
«Simplemente no hay alternativa. Una respuesta transfronteriza de la ONU a gran escala durante 12 meses más sigue siendo esencial para evitar una catástrofe humanitaria en el noroeste de Siria», concluyen los firmantes.
El actual acuerdo para mantener abierto este pasillo humanitario entre Turquía y Siria expira el próximo 10 de julio y el Consejo de Seguridad de la ONU lleva tiempo negociando una renovación.
Estados Unidos, de la mano del Gobierno de Joe Biden, ha convertido esta cuestión en una gran prioridad en Naciones Unidas y lo ha escenificado con un discurso ante el Consejo del secretario de Estado, Anthony Blinken, y un viaje a la zona de su embajadora ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield.
Rusia, por su parte, ya advirtió el pasado febrero de que su objetivo es cerrar definitivamente el sistema de ayuda transfronteriza y que toda la asistencia se canalice a través de Damasco.
Moscú defiende que las entregas de ayuda a través de la frontera turca están sirviendo únicamente para enriquecer a «terroristas» en la provincia de Idlib, el último gran bastión rebelde fuera del control del Gobierno de Bachar al Asad.
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