A 11 años que dejó de ser obligatorio el libro de ingreso en Emergencias, el Hospital Central Antonio María Pineda de Barquisimeto no lleva el registro exacto de pacientes. Gremio y expertos advierten que se compromete la certeza de la morbilidad para el control epidemiológico que debería empezar por la prevención. También influye el ajuste del presupuesto y acondicionamiento de acuerdo a la demanda real requerida.
Guiomar López | La Prensa de Lara
«Poco presupuesto y sin control de morbilidad», así resume René Rivas, presidente de Colegio de Médicos de Lara, sobre la falta de planificación de acuerdo a las estadísticas que pueden dar la necesidad de contar con tomógrafos y demás equipos de Rayos X, de acuerdo a la alta incidencia de casos con politraumatismos. La morbilidad es otro punto que destaca para reconocer el impacto de determinadas enfermedades, infecciones u otros, que se identifican en función de la alta frecuencia en determinados contextos. «Si no visualizas no hay plan sanitario y no se puede inferir, por eso tanto desastre», denunció.
Ruy Medina, exdirector de este centro asistencial, lamentó que se trata de 11 años que dejó de ser obligatorio ese libro de registros. «Sólo se limita a la historia médica cuando el paciente pasa a observación o es hospitalizado», menciona y que debería ser diario, por el número de paciente (orden de ingreso), nombre, sexo, dirección exacta, síntomas, diagnóstico y tratamiento.
Recordó que esos datos y la correlación de los mismos, permite detectar focos de infección o determinadas afecciones. De allí, se limita el registro epidemiológico exacto de acuerdo a los pacientes ambulatorios y así elaborar planes que permitan ir directamente a los lugares referidos. No se habla de esas direcciones generales que puedan limitarse a una parroquia o a la capital de un municipio, cuando se deben identificar las calles o el sector determinado. Medida que ataca el área precisa y evita la diseminación por el resto de los habitantes de comunidades aledañas.
Necesario hacer el llamado. Así considera Luzmila Leal, coordinadora de la organización Médicos Unidos en Lara, al destacar que no se puede comparar y realizar el alerta epidemiológico. «Sin registros no se puede trabajar la salud y de allí las acciones de epidemiología», precisa del principal impedimento para que las autoridades estén preparadas frente a alguna emergencia.
Sugiere la prevención desde esta premisa, producto de la planificación de estrategias para enfrentar la incidencia en cuadros virales, dengue y hasta hepatitis. Pero todo bajo el sustento de esa data que refleja la realidad y las posibles acciones para evitar que se propague la afección a un espectro más amplio.
Toda esa precisión de información es valiosa para la epidemióloga Carmen Torres, al destacar las medidas de prevención y hasta poder descartar aquellas variables, en función del comportamiento común atribuido a los ambientes y condiciones. También se evita la propagación, al identificar la incidencia de un vector de determinada enfermedad, pero que puede replicarse en otros sectores.
Es el reconocimiento si se trata de un comportamiento habitual de alguna patología de acuerdo a la localidad, por la influencia directa de factores externos del lugar o es el comienzo de una nueva epidemia. Razón suficiente para dar con las raíces del problema.
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