El conflicto desatado hace doce años por la violencia del grupo yihadista Boko Haram en el noreste de Nigeria ha causado la muerte de unos 324.000 niños menores de cinco años, la mayoría por enfermedad o malnutrición, según un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El estudio, remitido hoy a Efe por la oficina nigeriana del PNUD, indica que el yihadismo ha provocado «directamente la muerte de 35.000 personas» en los estados nororientales de Borno, Adamawa y Yobe «como resultado de batalla o violencia unilateral desde 2009».
Sin embargo, matiza el documento, el «costo humano total» es «mucho mayor», ya que muchas más víctimas han fallecido por los «efectos indirectos» del conflicto.
Hasta finales de 2020, el conflicto ha ocasionado cerca de 350.000 muertes, de las que 314.000 se deben a causas indirectas, de acuerdo con el PNUD.
La inseguridad ha conllevado la disminución de la producción agrícola y del comercio, reduciendo el acceso a los alimentos y amenazando a los muchos hogares que dependen de la agricultura para obtener ingresos.
Cientos de miles de nigerianos, además, han sido desplazados de sus hogares, lo que a menudo significa la pérdida de medios de vida, activos y sistemas de apoyo críticos.
«Los niños pequeños, que son especialmente vulnerables a la desnutrición y las enfermedades (…), son los más afectados. Estimamos que más del 90 por ciento de las muertes atribuibles al conflicto hasta 2020, alrededor de 324.000, son de niños menores de cinco años», subraya el informe.
Con otra década de violencia más, esa cifra podría aumentar a más de 1,1 millones de fallecimientos.
«Los efectos de la insurgencia y la persistencia de la inseguridad son inseparables de las privaciones socioeconómicas preexistentes de la región», pues Borno, Adamawa y Yobe «no sólo eran algunos de los estados más pobres del país antes del conflicto, sino que también continúan soportando la peor parte de sus efectos», señaló el representante del PNUD en Nigeria, Mohamed Yahya.
Boko Haram fue creado en 2002 en la localidad de Maiduguri, capital de Borno, por el líder espiritual Mohammed Yusuf para denunciar el abandono del norte del país por las autoridades.
En aquel momento efectuaba ataques contra la Policía nigeriana, al representar al Estado, pero desde que Yusuf fue abatido por agentes en 2009 el grupo se radicalizó más.
Desde entonces, el noreste de Nigeria está sumido en un estado de violencia provocado por el grupo yihadista, que busca imponer un Estado de corte islámico en el país, de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiano en el sur.
Durante su sangrienta campaña, el grupo -que también ha atacado objetivos en los vecinos Níger, Chad y Camerún- ha asesinado a unas 35.000 personas y ha causado más de dos millones de desplazados en Nigeria, según datos gubernamentales y de la ONU.
EFE
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