El capitán (r.) Andrés Fernando Medina les había jurado a compañeros del Ejército que pronto iba a volver a la institución.
Por EL TIEMPO
No se había podido resignar a que, después de 12 años de servicio, lo hubieran sacado sin mayores explicaciones, a pesar de ser uno de los pilotos mejor entrenados y la estrella de Vulcano, la fuerza de tarea de la Brigada 30 de Cúcuta, que combate el narcotráfico en la convulsionada zona cocalera del Catatumbo.
Su obsesión por volver a vestir el uniforme –que le permitía conocer información militar reservada– era tal que, incluso, EL TIEMPO encontró una demanda activa en la que Medina exige su reintegro y una indemnización de 350 millones de pesos por los daños morales y materiales.
Pero, según la Fiscalía, el capitán (r.) encontró otro camino para volver a la Brigada 30: introducir un carro bomba, en complicidad con las disidencias del frente 33 de las ex-Farc.
Así lo aseguró el fiscal general, Francisco Barbosa, tras confirmar que, tal como lo reveló EL TIEMPO, Medina era alias el Capi, el cerebro tanto del atentado en la brigada, ejecutado el 15 de junio pasado, como del ataque al helicóptero en el que viajaba el presidente Iván Duque, 10 días después.
¿Extradición a la vista?
Interceptaciones y videos son parte de la evidencia que, como lo anticipó este diario, llevó al ‘Capi’ a buscar un preacuerdo con la Fiscalía: ofrece aceptar cargos, pero sin delatar a nadie.
Él ya sabe que la demoledora evidencia podría ser su tiquete de extradición a Estados Unidos: en la Brigada 30 había 12 militares de ese país. Además, se indaga si el expiloto estaba involucrado en temas de narcotráfico y en otros atentados que se planeaban contra Duque en Cali y en Bogotá.
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