Más de 4.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares en el noroeste de Colombia tras recibir amenazas de grupos armados que se disputan el control de narcocultivos, informaron autoridades este martes.
“En el momento tenemos 4.041 personas desplazadas, el 50% mujeres, son casi 1.675 familias” que llegaron a la zona urbana de Ituango, departamento de Antioquia, dijo a la W Radio el alcalde local, Edwin Mauricio Mira.
Aunque “no hay ningún tipo de enfrentamiento” entre grupos armados, según el mandatario, se presume que los responsables del éxodo interno son grupos disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que “están en estos momentos acechando a la comunidad, extorsionando y acabando con el campesinado de Ituango”.
Para Mira se trata de una “estrategia” de los disidentes que se apartaron del acuerdo de paz firmado en 2016 con las FARC para “obligar a los campesinos a que salgan al pueblo y le pidan al ejército que se vaya de la zona”.
Por su parte, la gobernación del departamento responsabiliza a disidentes de las FARC y al Clan del Golfo, la mayor banda narco del país de origen paramilitar, y ofrece recompensas que suman el equivalente a 51.000 dólares por información que permita la captura de sus cabecillas.
Mira precisó que la zona es “un punto muy estratégico de armas y de narcotráfico”, que se disputan estos dos grupos armados.
De acuerdo a la alcaldía se trata del mayor desplazamiento forzado que haya sufrido el municipio, agudizado por las intensas lluvias que desde el miércoles provocan derrumbes y daños en la zona. Unas 1800 personas se vieron afectadas por “la ola invernal”.
Con acceso al Caribe y cercano al Pacífico, por donde los narcotraficantes transportan drogas hacia Estados Unidos y Europa, Antioquia es el quinto departamento con más narcocultivos del país.
En 2019 registraba 9.482 hectáreas sembradas, según la última medición con datos completos de la ONU.
Tras cuatro décadas de lucha contra el narcotráfico, Colombia sigue siendo el principal productor mundial de cocaína y Estados Unidos el mayor consumidor de esa droga.
Aunque la disolución de las FARC, convertida en partido político, alivió la violencia política, aún persisten grupos armados que desafían al Estado en alejados puntos del país.
El conflicto armado colombiano, que durante más de medio siglo ha enfrentado a guerrillas, paramilitares, agentes estatales y narcos, deja nueve millones de víctimas, entre muertos, desaparecidos y desplazados.
AFP
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