La gimnasta brasileña Rebeca Andrade, que entró hace tres días en los libros como la primera medallista olímpica de la gimnasia femenina de su país, con la plata en el concurso completo, dio este domingo un paso más al proclamarse campeona de salto: ya conoce también el brillo del oro.
Andrade ganó el concurso con 15,083 puntos, por delante de la estadounidense Mykayla Skinner, 14,916, y de la surcoreana Yeo Seojeong, 14,733.
La mexicana Alexa Moreno, tercera en este aparato en los Mundiales de 2018, acabó cuarta a un suspiro del podio, con 14,716.
Andrade sucede como campeona de salto a la estadounidense Simone Biles, oro en Río y dominadora absoluta de este ejercicio desde el año 2013, y que no compite en Tokio por problemas de salud mental.
La situación de Biles, que hoy estaba de nuevo en la grada del gimnasio Ariake, afecta también a su equipo: su compañera Jade Carey a duras penas pudo completar la carrera en su primer salto y sobrepasó el potro sin más. Hubo unos segundos en que también pareció a punto de abandonar. Logró hacer el segundo y comenzó a llorar. La tristeza entre las estadounidenses es patente.
Andrade se salió del carril en su salto Cheng, pero se fue hasta los 15,166 pese a la penalización y se aseguró al menos el podio. Con los 15,000 del siguiente se puso primera con nota media de 15,083. Simone Biles la aplaudió con entusiasmo cuando hizo sus intentos y cuando pocos minutos después se puso a sí misma la medalla de oro alrededor del cuello.
Alexa Moreno, entrenada por el español Alfredo Hueto, hizo un Rudi (mortal adelante con un giro y medio) que le proporcionó 14,766 puntos y un Tsukahara con dos y medio que le dio 14,666, para una nota media de 14,716. Solo la separaron de la medalla 17 milésimas.
La mexicana se dio el placer de terminar por delante de las rusas Angelina Melnikova (14,683) y Lilia Akhaimova (14,666).
EFE
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