Wall Street cerró en máximos históricos la primera semana de agosto gracias a un informe de empleo de Estados Unidos que reflejó el progreso de la recuperación económica en julio, y pese a la inquietud por la propagación de la variante delta.
EFE
En la suma de las últimas cinco jornadas, el Dow Jones de Industriales ha ganado un 0,8 % y el selectivo S&P 500 un 0,9 %, ambos en récord, mientras que el índice compuesto Nasdaq ha subido un 1,1 % tras un ligero descenso registrado este viernes.
Las principales plazas europeas se han centrado también en los datos macroeconómicos y los buenos resultados empresariales, logrando ganancias acumuladas: París ha subido un 3,09 %; Milán, un 2,51 %; Madrid, un 2,34 %; Fráncfort, un 1,4 %; y Londres, un 1,29 %.
El parqué neoyorquino comenzó la semana con unos datos flojos sobre la actividad manufacturera y con preocupación por el incremento de contagios de covid-19 en EE.UU., mientras el país alcanzaba el hito del 70 % de población adulta vacunada con un mes de retraso.
No obstante, los ánimos mejoraron al conocerse una nueva bajada en el número semanal de solicitudes de prestación por desempleo, lo que ya anticipaba un informe de empleo favorable, que finalmente superó las expectativas de los analistas.
El mes pasado, la economía de EE.UU. añadió 943.000 empleos, la cifra más alta desde septiembre de 2020, y el número de desempleados se ubicó en 8,7 millones, 782.000 menos que el mes anterior, situando el índice de desempleo en el 5,4 %, cinco décimas más bajo.
«Los datos de esta semana han subrayado la resiliencia de este país frente a los problemas actuales de suministro, mientras los mercados financieros sopesaban el impacto de la ola de la variante delta sobre las perspectivas para la economía y la política de la Fed», explicaron expertos de Wells Fargo.
Para los analistas, el informe de empleo de este viernes ha supuesto un paso más hacia el «progreso sustancial» en la economía que busca el banco central estadounidense como medida para empezar a retirar los estímulos monetarios, una cuestión de la que están muy pendientes los inversores.
En ese sentido, Wall Street tiene marcado en el calendario el encuentro de banqueros centrales que se celebra en Jackson Hole (Wyoming, EE.UU.) dentro de tres semanas, y hasta entonces es previsible que aumente la volatilidad.
Por otra parte, la temporada de resultados trimestrales está prácticamente completa y la inmensa mayoría de las empresas del S&P 500 han superado las expectativas, sumando optimismo por la salida de la crisis.
En el mercado de deuda, el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años comenzó la semana sumergiéndose por debajo del 1,2 % pero la termina con una notable subida en reacción a los datos de empleo de julio, superando el 1,3 % al cierre de la sesión.
Esos movimientos han favorecido al sector financiero, ya que se incrementan sus perspectivas de rentabilidad, y han perjudicado al tecnológico, con muchos inversores vendiendo acciones de alta valoración para optar por otras puedan crecer con la recuperación.
En cuanto al petróleo, el barril de West Texas Intermediate despidió su peor semana en 9 meses con una caída cercana al 7 % por el temor a que el avance de la variante delta frene la reactivación económica y, por tanto, la demanda de combustible.
En el plano corporativo, estuvo en el punto de mira la aplicación de corretaje Robinhood, que ha experimentado gran volatilidad y termina la semana con una revalorización del 55 % pese a trascender que sus inversores iniciales venderán una gran suma de acciones.
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