Pedro Castillo asumió la Presidencia del Perú el 28 de julio. Desde entonces, se ha agudizado la incertidumbre en el país andino. El internacionalista Félix Arellano dice que, igual que en Venezuela, la unidad opositora es fundamental para enfrentar a Castillo en el Congreso unicameral que cuenta con 130 escaños. Aseguran que la propuesta de Constituyente no resolverá la crisis.
Pedro Castillo asumió la Presidencia del Perú el 28 de julio. Desde entonces, se ha agudizado la incertidumbre en el país andino. El dirigente de izquierda, y maestro rural, que llegó al poder impulsado por el partido Perú Libre, no ha dejado de estar en el ojo del huracán no solo por su discurso, también por decisiones como la designación de un cuestionado gabinete que ha signado su enfrentamiento con el Congreso, en una pugna de la que solo se avizora más inestabilidad.
Todo esto en medio del anuncio de un proceso constituyente presentado como un estandarte de oro.
«Juro por Dios, por mi familia, por los campesinos, por los pueblos originarios, por los ronderos, pescadores, profesionales, niños, adolescentes, que ejerceré el cargo de Presidente de la República en el período 2021-2026. Juro por los pueblos del Perú, por un país sin corrupción y por una nueva Constitución”, expresó Castillo al ascender al poder.
A pesar de los pocos días transcurridos de su gestión, el mandato de Castillo no presagia buenas noticias para el Perú, ni para la región.
“Con una estructura histórica de polarización, de fragmentación, no es hoy que el caos surgió en el Perú, el caos venía formándose desde hace una década, podríamos decir”, acota el internacionalista Félix Arellano.
Destaca que, en buena medida, el triunfo de Castillo tiene que ver con el apellido Fujimori. “Si no hubiera sido Keiko, hubiera sido más fácil tener una coalición de oposición. Lo que pasa es que era el tercer intento de Keiko y hubo un expediente de agresividad política muy fuerte en el Congreso. Además de la herencia del padre, Keiko tiene su estigma y también ha cultivado parte de ese rechazo”, expresa.
Asimismo, el analista sostiene que la unidad opositora es fundamental para enfrentar a Castillo en el Congreso unicameral que cuenta con 130 escaños.
“La unidad es la clave, así como en Venezuela, lo era en Bolivia y no se logró, y lo es en este momento en Perú. Si la oposición hubiera logrado unidad, no hubiera ocurrido esta situación del triunfo de Castillo. No está fácil la situación interna, la experiencia que ha habido es la famosa moción de censura que implica, prácticamente, un juicio exprés para la destitución presidencial. Eso requiere 87 votos de los 130 del Congreso”, destaca Arellano.
El internacionalista recuerda que Pedro Pablo Kuczynski renunció a la Presidencia porque vislumbraba la llegada de los 87 votos en su contra y, en el caso de Martín Vizcarra, hubo dos intentos del Congreso para destituirlo y la medida se concretó en el segundo. Pero, el camino fue espinoso por las protestas que surgieron luego de la juramentación del Presidente del Congreso, tras lo cual Francisco Sagasti asumió un mandato de transición antes de la apretada segunda vuelta electoral de 2021.
Pedro Castillo frente al Parlamento
El Congreso cuestiona el gabinete de Pedro Castillo, quien, a su vez, tiene la potestad constitucional de disolverlo si éste rechaza dos veces la conformación del tren ejecutivo. Para algunos analistas, al escoger a personajes polémicos, Castillo hace amagos por provocar al Legislativo.
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