Desde el inicio de la pandemia por el coronavirus, la mayoría de los casos de bebés, niños y adolescentes que contrajeron la infección COVID-19 tuvieron cuadros leves o incluso algunos ni siquiera tuvieron síntomas. Pero ahora con el avance de la variante Delta del coronavirus, el impacto de la pandemia en las infancias puede ser mayor. Por eso, se estudia cómo se producen los contagios según las diferentes edades con los convivientes para recomendar mejores medidas de prevención.
Por Infobae
Un estudio realizado en Canadá y publicado en la revista JAMA Pediatrics reveló que los bebés y los niños pequeños son menos propensos a introducir el coronavirus en sus hogares que los adolescentes. Sin embargo, una vez que los bebés y los niños pequeños se infectan hay mayor riesgo de que contagien el coronavirus a otras personas de su hogar, especialmente si no están inmunizadas.
El trabajo publicado no resuelve el debate actual sobre si los niños infectados son tan contagiosos como los adultos. Tampoco sugiere que los niños pequeños estén impulsando la pandemia del coronavirus. Pero sí demuestra que si están infectado los niños muy pequeños pueden contagiar a otras personas con las cuales conviven.
Consultada por Infobae, la infectóloga Liliana Vázquez, es miembro de la Sociedad Argentina de Infectología y médica de la Clínica Maternidad Suizo Argentina y el Sanatorio Finochietto, comentó el estudio: “Es un estudio muy interesante porque separa a los chicos con COVID-19 según las edades. El vínculo de los más chicos con los adultos o con los cuidadores es mayor para su vida cotidiana. Por eso, es probable que estén más tiempo y tengan más cercanía y estas situaciones hacen que puedan contagiar más a sus convivientes”.
Los expertos señalan que los resultados del estudio pueden explicarse, al menos en parte, por factores de comportamiento, como el hecho de que los niños muy pequeños requieren muchos cuidados prácticos y no pueden ser aislados cuando están enfermos. Por lo cual, los adultos que los cuidan pueden contraer el coronavirus al estar cerca y al compartir el ambiente cerrado.
“Este estudio ha demostrado que incluso los niños más pequeños transmiten fácilmente el virus”, dijo Zoe Hyde, epidemióloga de la Universidad de Australia Occidental, que no participó en la investigación. “Lo más importante para mí es que muestra claramente que la transmisión por parte de los niños se produce en el hogar. Esto significa que tenemos que pensar urgentemente en cómo vamos a proteger las escuelas cuando vuelvan a abrir en breve”, señaló para la situación actual de Estados Unidos en la que hay vacaciones escolares.
Durante los primeros meses de la pandemia, algunos científicos habían sugerido que los niños pequeños rara vez se infectaban o transmitían el virus. Pero esas observaciones pueden haber sido distorsionadas por el hecho de que la mayoría de los niños tuvieron pocos encuentros sociales durante ese tiempo. Muchos niños dejaron de jugar con sus vecinos o no iban a las guarderías y redujeron el riesgo de contagio.
El nuevo estudio fue realizado por investigadores de la agencia de Salud Pública Ontario. Se basó en los registros de los casos de Covid-19 y los hisopados que dieron positivo en Ontario desde el 1 de junio hasta el 31 de diciembre de 2020. Los investigadores identificaron todas las pruebas positivas asociadas con hogares privados y luego identificaron el “caso índice” -la primera persona que desarrolló síntomas de Covid-19 o dio positivo para el virus- en cada hogar.
Se centraron en 6.280 hogares en los que la primera persona que contrajo el virus era un menor de 18 años. Después buscaron los casos secundarios, que son las otras personas del mismo hogar que enfermaron en las dos semanas siguientes a la aparición del primer niño. En la mayoría de los casos, descubrieron que la cadena de transmisión se detenía con el niño infectado, pero en el 27,3% de los hogares, los niños transmitieron el virus al menos a otro residente.
En cambio, los adolescentes fueron los más propensos a llevar el virus a casa: Los niños de 14 a 17 años representaron el 38% de todos los casos índice. Los niños de 3 años o menos fueron los primeros en enfermar en sólo el 12% de los hogares, pero fueron los más propensos a contagiar el virus a otras personas en sus casas. Las probabilidades de transmisión en el hogar eran aproximadamente un 40% mayores cuando el niño infectado tenía 3 años o menos que cuando tenía entre 14 y 17 años.
Las diferencias estarían relacionadas con los comportamientos de los chicos según las diferentes edades. Los adolescentes pueden contagiarse el coronavirus al estar afuera de sus casas con amigos sin distanciamiento, sin mascarillas y en ambientes cerrados. Esos comportamientos pueden contribuir a que los adolescentes estén en mayor riesgo de contraer el virus y luego lo lleven a sus casas.
“Cuando pensamos en lo que es el comportamiento social de los adolescentes fuera de casa, pasan mucho tiempo juntos, a menudo están en lugares bastante cercanos, a menudo se tocan o comparten una bebida”, dijo al diario The New York Times la doctora Susan E. Coffin, especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Infantil de Filadelfia, que no participó en el estudio.
A diferencia de los adolescentes, los niños muy pequeños probablemente tienen menos interacción social fuera de casa. Pero tienden a estar en estrecho contacto físico con otras personas en sus hogares, además de llevarse con frecuencia las manos y otros objetos a la boca, lo que podría ayudar a propagar el virus. Esas situaciones podrían aumentar el riesgo de que los niños muy pequeños transmitan más el virus dentro de sus hogares.
También es posible que los niños más pequeños tengan cargas virales más altas, o que tengan tasas más altas de diseminación viral, que los adolescentes, señalaron los investigadores. Algunos estudios han descubierto que, aunque los niños pequeños rara vez enferman gravemente, pueden ser portadores de niveles de virus similares, o incluso superiores, a los de los adultos. Aunque la carga viral no es un indicador perfecto de la capacidad de contagio, los datos sugieren que los niños podrían contagiar el coronavirus tanto como los adultos.
Al analizar el estudio, la doctora Vázquez reconoció que a veces es difícil mantener las medidas de aislamiento en el hogar cuando los niños pequeños tienen la infección por el coronavirus. “Es más fácil con los adultos”, señaló. Hay que intensificar el lavado de manos. También los convivientes debería usar barbijos o mascarillas incluso cuando están dentro del hogar. “Hay que pensar también que un niño enfermo con COVID-19 puede contagiar a otros convivientes”, afirmó.
Otras medidas de prevención son que todos los convivientes adultos acepten la aplicación de la vacuna contra el COVID-19. También las escuelas y las guarderías pueden ayudar a evitar que los niños se infecten en primer lugar tomando una serie de precauciones, como el distanciamiento físico, una buena ventilación, la realización de testeos y el uso del barbijo cuando los niños tienen edad suficiente para ello. Las últimas pautas para escolares de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan el uso de mascarillas para los niños de 2 años o más.
Aunque no es práctico aconsejar a los cuidadores que se mantengan alejados de un niño enfermo, pueden practicar una buena higiene mientras lo atienden, según la doctora Coffin. Se pueden usar pañuelos de papel, descartarlos, limpiar las manos inmediatamente después de ayudar a limpiar la nariz de su hijo son algunas de las medidas para ayudar a limitar la propagación dentro de su hogar.
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