Tras largas demoras en la campaña de vacunación contra el coronavirus asociadas a la falta de orden y el escepticismo por parte del presidente Jair Bolsonaro respecto de la efectividad de las vacunas, Brasil dio un salto abrupto y se posicionó como uno de los países con mayor población vacunada a nivel mundial.
Por LA NACIÓN
Pese a tener un reconocido sistema de inmunización masiva, el país más grande de América del Sur -con 213 millones de habitantes- comenzó a vacunar contra el Covid-19 en enero, varias semanas después que Estados Unidos, gran parte de los países europeos y sus pares regionales, como la Argentina y Chile.
Al principio, avanzó lentamente y con interrupciones, pero luego empezó a recortar distancias, con la consecuente caída en el número de muertos: pasó de una media diaria de más de 2000 en junio, a menos de 700 en septiembre, según el registro que lleva la universidad estadounidense Johns Hopkins. Aún así, el país que administra Bolsonaro se posiciona como el segundo con más muertes a nivel mundial, con un total de 588.000 víctimas fatales de coronavirus.
Desde hace semanas, Brasil dio un giro con la estrategia de inmunización y comenzó a vacunar a adolescentes así como a aplicar terceras dosis en muchos estados del país. De esta manera, según datos del portal Our World in Data, se ha convertido en el cuarto país que más dosis administró (214 millones), después de China, India y Estados Unidos, así como en el tercero que más vacuna diariamente, con una media en los últimos siete días en torno a millón y medio de unidades distribuidas.
En un nuevo cambio de rumbo, sin embargo, el ministerio de Salud de Brasil dejó de recomendar hoy la vacunación para adolescentes de entre 12 y 17 años sin comorbilidades, e incluso determinó que las personas de ese universo que ya se aplicaron la primera dosis no recibirán la segunda.
“La aceleración se vio a partir de mayo-junio, con la llegada y el suministro mucho más coherente de vacunas”, explicó José David Urbáez, presidente de la Sociedad de Infectología del Distrito Federal. Hasta el momento, Brasil había decidido centrarse en la vacunación con la primera dosis, con intervalos más largos para la segunda.
En los últimos tres meses, el número de brasileños que recibieron una dosis se ha casi triplicado, hasta alcanzar el 67,6% de la población, un porcentaje superior al de Estados Unidos (63,4%) y la Argentina (63,8%).
Pese a que se aceleró la campaña, los brasileños que recibieron el esquema completo de vacunas rondan el 36% de la población, una cifra todavía muy inferior a la de otros países, pero que sí ubica a Brasil en tercera posición entre las diez naciones más pobladas.
Los esperanzadores porcentajes, sin embargo, no hacen que la población olvide los problemas con la gestión que Bolsonaro lleva adelante en la pandemia, ni tampoco que el Presidente haya transmitido afirmaciones como que quien recibiera la vacuna de Pfizer podría convertirse “en un caimán”.
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