Tres guardias suizos abandonaron el pequeño Ejército del Vaticano ante la obligación impuesta desde este 1 de octubre de tener el certificado de vacunación de covid-19 o una prueba negativa realizada en las últimas 48 horas para poder acceder al Estado pontificio.
Los tres soldados, que el pasado mayo habían entrado en el Ejército, prefirieron dejar su trabajo antes que someterse a la vacunación, según confirmó el portavoz de la Guardia Suiza,, Urs Breitenmoser, all periódico suizo “Tribune de Geneve”.
Además, como también recoge hoy el diario romano “Il Messaggero”, mientras que tres alabarderos dejaron su servicio “libremente” otros tres están suspendidos de sus funciones y de sueldo hasta que hayan completado el ciclo de vacunación.
“Es una medida que se adapta a la de otros cuerpos de ejército en el mundo”, especificó el portavoz del Ejército del Papa.
A partir del 1 de octubre, el pase sanitario es obligatorio para todos los empleados del Vaticano, que se puede obtener no solo con la vacuna sino también con una prueba negativa.
En el caso concreto de la Guardia Suiza, que siempre está en estrecho contacto con el papa y sus invitados, se especifico que la prueba no era suficiente porque no podía detectar infecciones recientes y por ello se eligió la vía de la vacuna obligatoria, informó el diario romano.
El Vaticano se convertirá así en uno de los primeros países del mundo que obligan a sus empleados a presentar este certificado.
Con información de EFE
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