Minetras el mundo tiene los ojos puestos en las amenazas cada vez más abiertas de China a Taiwán, una disputa territorial entre el régimen de Xi Jinping y la India podría causar, en el mediano plazo, un conflicto de mayor escala.
Por Infobae
Las tensiones entre los dos países a lo largo de la Línea de Control Real (LAC), la frontera de facto entre las dos potencias nucleares en la cordillera del Himalaya, volvieron a aumentar en las últimas semanas. Ambas partes siguen desplegando unidades en la región por segundo invierno consecutivo, en una zona de temperaturas gélidas y en la que las tropas de los dos países protagonizaron sangrientos enfrentamientos hace 16 meses.
Delhi está alarmada por la renovada agresvidad de Beijing en la zona. La semana pasada, el jefe militar indio expresó su frustración por lo que calificó de un masivo despliegue de soldados y equipos por parte de China.
“Sí, es un tema preocupante que la masiva concentración de fuerzas ha ocurrido y sigue ocurriendo, y para mantener ese tipo de despliegue se requiere del desarrollo de cierta infraestructura del lado chino”, expresó el general M.M. Naravane el sábado. “Eso significa que ellos (China) están allí para quedarse. Estamos vigilando de cerca los acontecimientos, pero si ellos están allí para quedarse, nosotros también estamos allí para quedarnos”, agregó.
El domingo, en un intento de rebajar las tensiones, los comandantes de las fuerzas armadas de ambos países se reunieron para planificar la separación de fuerzas en las zonas de su disputada, donde han estallado combates.
Sin embargo, las conversaciones parecen estancadas.
El lunes, una declaración del Ministerio de Defensa de India acusó a China de no querer cooperar más.
“La parte india señaló que la situación a lo largo de ALC había sido causada por intentos unilaterales de la parte china de alterar el status quo y en violación de los acuerdos bilaterales”, dijo el comunicado. “Por lo tanto, la parte india hizo sugerencias constructivas para resolver las áreas restantes, pero la parte china no estuvo de acuerdo y tampoco pudo proporcionar ninguna propuesta con miras al futuro”.
La respuesta de Beijing no se hizo esperar. “China ha hecho grandes esfuerzos para promover el alivio y enfriamiento de la situación fronteriza y ha demostrado plenamente su sinceridad para mantener la situación general de las relaciones entre los dos ejércitos”, dijo un comunicado del coronel Long Shaohua, portavoz del Comando del Teatro Occidental del Ejército Popular de Liberación (EPL). “Sin embargo, India todavía insistió en las demandas irrazonables y poco realistas, que hicieron las negociaciones son más difíciles”.
Una larga historia de tensiones
El conflicto entre India y China es anterior a la conformación del primero como un país independiente. Desde los tiempos del Raj Británico hay disputas por los límites territoriales. En 1914, representantes británicos llegaron a un acuerdo con el entonces Reino del Tíbet, que fijó como división a la Línea McMahon. Pero China, que luego ocuparía el Tíbet, nunca reconoció ese pacto y reclama para sí cerca de 90.000 kilómetros cuadrados de territorio.
Tras la independencia de la India, los intentos de normalizar las relaciones bilaterales se frustraron rápidamente. La situació empeoró luego del levantamiento tibetano de 1959, cuando India concedió asilo al Dalai Lama. En 1962 estalló la guerra sino-india. Tras cuatro semanas de combates, que se desarrollaron en condiciones montañosas extremas, se establecieron los límites fronterizos actuales de la Línea de Control Real.
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