La más reciente encuesta Encovi, presentada este 29 de septiembre, muestra a Venezuela como un país empequeñecido en términos económicos y demográficos. Es decir, con una economía enana y menos población porque casi seis millones ya se largaron de aquí. Elevados índices de pobreza a escala de un país africano, más desigualdad en el reparto de la renta y un gran escepticismo respecto al futuro se añaden a este panorama sobre el cual hay que trabajar para salir de abajo.
Las condiciones de vida de los venezolanos están determinadas por la crisis económica, la pérdida de la institucionalidad, los cambios demográficos y por los efectos de la pandemia de covid-19 y la escasez de combustibles. Es lo que concluye este estudio de campo hecho por profesionales en distintas áreas, vinculados a la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
El tamaño de la economía de Venezuela “se ha reducido notablemente. Entre 2014 y 2020 el PIB real (suma de riqueza en forma de bienes y servicios que genera una economía) se ha reducido en un acumulado de 74%.”
“Se ha mermado la capacidad potencial de producción y la productividad de los factores disponibles, efectos difíciles de revertir en el corto y mediano plazo”, advierte el informe.
En una economía que durante más de 100 años vivió de los hidrocarburos, los expertos de la UCAB señalan el impacto de la merma en los ingresos petroleros externos.
Se debe a “una combinación de factores esencialmente domésticos (gestión de PDVSA, falta de inversión), a los cuales se añade posteriormente el impacto de las sanciones aplicadas por el gobierno de Estados Unidos” contra la petrolera estatal, la República y los más altos jerarcas del chavismo.
A esto se suma la persistencia de una elevada inflación que deviene en hiperinflación desde 2017. Hay una reducción del empleo, incremento de la informalidad y destrucción del poder de compra.
En Venezuela falta gente
El tamaño de la población venezolana se redujo a 28,7 millones. En los últimos cinco años el crecimiento demográfico retrocedió en -1,1%.
“Somos menos porque poco más de 4 millones de personas dejaron el país en el período 2015-2020; porque hay 340 mil nacimientos que no se produjeron, debido a que migraron las potenciales madres. Somos menos porque los riesgos de morir han aumentado”, explica el documento.
Hoy Venezuela tiene la tasa de mortalidad mortalidad infantil de hace 30 años (25,7 por mil).
“Las generaciones nacidas en el período de crisis (2015-20) van a vivir menos años que quienes nacieron antes (2000-
05). Hay una pérdida de casi 3 años en la esperanza de vida” al nacer.
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