Una familiar del señor Máximo Montenegro, de 83 años, quien se encontraba recluido en el Geriátrico Lazo Martí, en San Juan de Los Morros, denunció que él falleció a causa de una desnutrición severa y falta de atención.
Xiomara López | Radio Fe y Alegría Noticias
Yrina Donaire, sobrina del adulto mayor, aseguró que su tío murió el domingo 24 de octubre, como a las 11:50 am, en el geriátrico donde permanecía recluido.
“Desde el lunes pasado nos llamaron que mi tío estaba delicado de salud. El día martes yo lo fui a buscar, porque teníamos que hacerle una radiografía y una hematología, las cuales se las realizaron”.
Donaire declaró que cuando lo llevan de vuelta al geriátrico, luego de los chequeos, un trabajador le entrega un récipe para que le compre un tratamiento que es el indicado para personas con patologías de COVID-19, enfermedad que su sobrina asegura no padecía.
“Una vez que yo voy al ancianato a llevar a mi tío, me entregan un récipe de un medicamento para tratamiento de COVID, pero mi tío no tenía COVID, porque ya nosotros sabíamos la patología de él, porque fue un fumador toda su vida”.
La joven indicó que se le compró el tratamiento y se lo dejaron para que se lo administraran. Después de unos días, la vuelven a llamar y le informan que su tío se complicó por lo que se dirigen al geriátrico nuevamente.
“El sábado llaman a decirnos que mi tío está muy mal, que teníamos que dirigirnos al geriátrico, yo fui el sábado en la tarde y me indican que tenemos que sacar a mi tío para el hospital porque se encontraban en muy malas condiciones».
Contó que sus familiares no aceptaron «sacar a mi tipo de ahí para el hospital porque no teníamos cómo cubrir los gastos y ellos como institución tenían que hacerse responsables, por lo menos en el cuidado de mi tío”.
Donaire planteó a los encargados del geriátrico la posibilidad de que lo atendieran allí mismo y ellos costeaban el tratamiento. La doctora tratante aceptó con la condición de que le llevaran también un especialista para que lo evaluara, según explicó Donaire.
“El día domingo, a eso de las 9 de la mañana, yo llegué con el especialista, lo evaluó y me dijo que era un posible ACV, que era muy leve, aparte de las condiciones que él presentaba, que ya no tragaba, que ya no hablaba».
Agregó que su tío «tenía un estado de desnutrición grave, es más, en ese momento que estoy yo con el médico la enfermera viene y nos dice que mi tío tenía tres días que no comía, porque la comida no le pasaba, eso de que mi tío no comía no se nos fue notificado”.
La denunciante comentó que cuando entró a la habitación del anciano se encontró con un sitio mojado y deteriorado.
“Cuando yo entro a la habitación estaba mojada, no apta para tener una persona enferma, el piso estaba mojado, era un ambiente demasiado frío».
Es por eso que afirma que «cuando lo toqué estaba helado, las sábanas estaban trasparentes que se veían para el otro lado, y yo le dije que porque no nos informaron de las condiciones de mi tío, porque el día sábado cuando yo fui, no se nos permitió verlo”.
Donaire señaló que cuando el médico evaluó a su tío presentaba una saturación de 97 y una tensión perfecta. “Estaba contento, él cuando me vio se sorprendió, porque no esperaba verme, el doctor lo evaluó y me dio la indicaciones y un tratamiento totalmente diferente a lo que ellos me habían dado que no era para COVID”.
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