Los presidentes de los estados de Alemania han acordado este jueves con el Gobierno central introducir restricciones para la vida pública para las personas que no se han vacunado contra la COVID-19.
Fuentes presentes en la reunión de las autoridades alemanas citadas por la agencia de noticias DPA han confirmado que las instalaciones enfocadas en el ocio, la cultura o los deportes, entre otros, únicamente serán accesibles para las personas con la pauta completa de vacunación o que se hayan recuperado de la COVID-19.
Las restricciones entrarán en vigor cuando la tasa de hospitalizaciones a causa de la enfermedad alcance el número 3. Es decir, que haya tres personas hospitalizadas por una causa relacionada con la COVID-19 por 100.000 personas en la última semana. Si la tasa se mantiene por debajo del 3 en cinco días, las restricciones se aliviarán.
Los niños menores de 18 años -la gran mayoría de los no vacunados en Alemania- están exentos de cumplir con las limitaciones. Por otro lado, si la tasa superara el número 6, aquellos con el esquema completo de vacunación o que se hayan recuperado de la COVID-19 tendrán que presentar una prueba diagnóstica de la enfermedad negativa para acceder a instalaciones públicas.
Las restricciones llegan después de que las autoridades de Alemania hayan informado este jueves más de 65.000 nuevos casos de coronavirus contabilizados en la última jornada, mientras la incidencia acumulada semanal asciende a 336,9 casos por cada 100.000 habitantes, lo que supone el registro de nuevos datos máximos en estos indicadores por segundo día consecutivo.
El Instituto Robert Koch, el ente gubernamental encargado del control de enfermedades infecciosas, ha señalado en su página web que durante las últimas 24 horas se han anotado 65.371 contagios y 264 muertos, lo que eleva los totales a 5.195.321 y 98.538, respectivamente.
Mientras tanto, la canciller de Alemania, Angela Merkel, ha tildado la situación de la pandemia en el país de “dramática”. En la reunión con los jefes de Gobierno regionales, la mandataria ha insistido en que es una “emergencia” y ha alertado de que la tasa de vacunación no es suficiente para frenar la cuarta ola de contagios.
Según los participantes de la reunión, citados por DPA, Merkel ha señalado que el objetivo es ofrecer 27 millones de vacunas a la mayor brevedad. Hasta ahora, 4,8 millones de los más de 83 millones de habitantes de Alemania han recibido dosis de refuerzo.
Eslovaquia y la República Checa harán lo mismo
Los gobiernos de la República Checa y Eslovaquia aprobaron el jueves nuevas restricciones por la pandemia del coronavirus que entrarán en vigor la próxima semana y que van dirigidas específicamente a personas no vacunadas, en medio de un rebrote récord de contagios en ambos países vecinos.
El ministro de Salud checo, Adam Vojtech, dijo que la mayoría de la población no vacunada contra el COVID-19 ya no podrá presentar una prueba negativa de coronavirus para poder asistir a eventos públicos, entrar a bares y restaurantes, visitar salones de belleza, museos e instalaciones similares, ni hospedarse en hoteles.
Solamente las personas que se hayan vacunado o se hayan recuperado de COVID-19 seguirán siendo elegibles, aunque también quedarán exentos los adolescentes de 12 a 18 años, las personas cuyas condiciones médicas no les permitan vacunarse y quienes estén inoculados parcialmente.
Vojtech informó que la meta de las medidas que entrarán en vigor el lunes es motivar a la gente a vacunarse. Las medidas se mantendrán hasta finales de febrero.
El primer ministro checo, Andrej Babis, dijo que su gobierno se inspiró en medidas similares impuestas por el estado alemán de Bavaria. “La situación es grave y de nuevo instamos a toda la población a vacunarse”, subrayó Babis.
Una prueba negativa será suficiente para las personas que visiten hospitales y asilos de ancianos.
Además, el gobierno impondrá una medida de pruebas de coronavirus obligatorias semanales para empleados no vacunados que trabajen en cualquier tipo de compañía. La prueba también será obligatoria para las personas mayores de 60 años y que hayan sido vacunadas.
Al mismo tiempo, las pruebas en escuelas primarias y secundarias que se supone terminarían el 29 de noviembre seguirán aplicándose.
El anuncio se da luego que el conteo diario de contagios en la República Checa se disparó a 22.511 el martes, rebasando el récord anterior establecido el 7 de enero por casi 5.000 y cerca de 8.000 más de los registrados hace apenas una semana.
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