Rusia calificó hoy de «constructivo» el reinicio de las conversaciones para salvar el pacto nuclear iraní celebradas este lunes en Viena, con la participación de todas las delegaciones firmantes del acuerdo menos la de Estados Unidos.
«En general el inicio de las conversaciones fue valorado por los participantes como positivo y constructivo», informó el Ministerio de Exteriores de Rusia en un comunicado, al señalar que esta nueva ronda «despierta cierto optimismo».
La entidad señaló que los participantes en esta reunión, en la que estuvieron delegaciones de Irán, Rusia, China, Alemania, Francia y Reino Unido, coordinadas por la Unión Europea (UE), «confirmaron su apego a los esfuerzos para retornar al cumplimiento pleno del acuerdo nuclear».
Además, las partes abogaron por continuar «la interacción intensiva para solucionar los temas pendientes de la anterior sexta ronda de conversaciones».
«Se subrayó la aspiración de lograr resultados en los plazos más cortos posibles», añadió el Ministerio de Exteriores.
Tras cinco meses sin contactos y con Irán presidida ahora por un ultraconservador, la voluntad de compromiso dominó la víspera la primera reunión para intentar salvar el acuerdo nuclear de 2015 que busca impedir una bomba atómica iraní, a punto de colapsar por el abandono de EEUU y los incumplimientos iraníes.
Estados Unidos no participó en esta ronda de conversaciones, y aunque aseguró su compromiso con la diplomacia y el objetivo de salvar el pacto nuclear con Irán, subrayó que necesita que ese país acceda a retomar el cumplimiento de lo acordado en 2015 para que el proceso tenga éxito.
El Gobierno del nuevo presidente iraní, Ebrahim Raisí, demanda por su parte que Estados Unidos elimine las sanciones económicas contra el país y ofrezca garantías de que no abandonará un nuevo acuerdo nuclear como sucedió en 2018 con la administración del entonces presidente, Donald Trump (2017-2021).
Washington se retiró entonces de forma unilateral el pacto firmado entre Irán y Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania, y el propio Estados Unidos, y reimpuso sanciones contra Teherán.
Tras un año de «paciencia estratégica», Irán respondió con la producción de más uranio y de más pureza de lo permitido en 2019, y este año alcanzó un nivel del 60 %, más cerca del límite necesario para una bomba atómica (90 %).
Después de la llegada al poder en enero de Biden, comenzaron nuevas negociaciones entre Irán y las seis grandes potencias firmantes, pero esos contactos se paralizaron tras seis rondas en junio antes de las elecciones generales iraníes, y apenas acaban de reiniciarse.
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