En una reciente publicación realizada por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR en España, en la que reconocen a las personas que mantuvieron una labor excepcional durante la Pandemia, destacan a un refugiado venezolano, catalogándolo como un héroe.
Se trata de Sergio Contreras, expreso político venezolano, quien huyó de Venezuela luego de haber pasado por las celdas de la Policía Nacional Bolívar, PNB, Servicio Bolivariano de Inteligencia, SEBIN, Dirección General de Contrainteligencia DIGCIM y Ramo Verde y desde que llegó a España, hace casi 4 años, creó, junto a Jesús Alemán, Mariana Barrios y Susan Torres la organización humanitaria Refugiados Sin Fronteras.
Esta organización comenzó a dar apoyo e información a refugiados e inmigrantes venezolanos, pero desde el inicio de la Pandemia sus creadores entendieron la necesidad de crear un plan de ayudas de emergencia para refugiados y emigrantes venezolanos en España, siendo una de las muy pocas organizaciones que trabajó en los momentos más duros de la referida crisis de salud mundial, cuando el confinamiento y el miedo era lo común.
Con la crisis del COVID-19 y el confinamiento obligatorio, las peticiones de información que llegaban a diario a la asociación se multiplicaron y comenzaron a cambiar. Entre esos mensajes estaba el de Jhoana y su familia, una mujer venezolana con quien Sergio había coincidido a su llegada a España en un refugio para solicitantes de asilo.
Ante esta nueva situación, y desbordados por peticiones similares, Sergio y el resto de miembros de Refugiados Sin Fronteras decidieron actuar.
“Si ya huiste de una crisis humanitaria en Venezuela, de la violencia en Colombia, de situaciones extremas en Nicaragua, en otros países donde la violencia genera destrucción y hambre, y llegaste al primer mundo, nunca te esperabas que esto te fuera a pasar: Que el hambre se te metiera por la ventana o te tocara la puerta”, cuenta este venezolano afincado en Madrid, que tiene ya el estatuto de refugiado.
Convencidos que la solidaridad es la única forma de enfrentar las crisis, decidieron implicarse aún más y buscar soluciones para hacer llegar alimentos a las personas que habían recurrido a ellos en busca de ayuda.
Conscientes que solos no podrían llegar a cubrir las necesidades, buscaron contactos con la ayuda de un grupo de voluntarios, para recabar apoyo y entre todos marcar una diferencia real.
Así lograron sumar diferentes colaboraciones como la de la parroquia madrileña de Santa Elena, que les cedió un local, varios restaurantes y empresas como Glovo, que les apoyó en la distribución de comida para que llegara directamente a las casas de las familias de refugiados venezolanos.
Gracias a la red de voluntarios y colaboradores que en poco tiempo han ido tejiendo, Refugiados Sin Fronteras lograron distribuir unas 1.150 comidas calientes a la semana y paquetes de alimentos a más de 300 familias que se encuentran en una situación desesperada.
Son en su mayoría familias refugiadas, solicitantes de asilo, migrantes, pero también hogares españoles a quienes el COVID-19 ha despojado de sus medios de vida.
“No queríamos permitir que a la gente se le metiera el hambre sin permiso en casa”, explica Sergio para quien esta labor solidaria fue una forma de enfrentar el confinamiento.
“Sabiendo que mucha gente está pasando por una situación muy crítica, no podíamos simplemente encerrarnos en casa, teníamos que hacer algo”, añadió.
La ayuda de Refugiados Sin Fronteras ha sido una tabla de salvación para muchas personas como Jhoana:
Aunque la Pandemia del Coronavirus es algo nuevo a nivel mundial, no lo fue para Sergio la necesidad de no permanecer impasible y convertirse en un motor del cambio.
En su Venezuela natal ya había organizado proyectos de comedores comunitarios, cocinando y ofreciendo comida a personas refugiadas de Colombia y compatriotas venezolanos que estaban en una situación de necesidad.
A pesar de las vicisitudes a las que ha tenido que ir haciendo frente a lo largo de su vida, Sergio lo tiene claro: “La solidaridad es una condición propia del ser humano, que te permite apartar las crisis y los momentos duros. En este momento es más necesario que nunca ser útil”.
Justo en medio de la Pandemia lograron crear el primer banco de alimentos para refugiados, migrantes y desplazados venezolanos en Europa logrando acreditarse como organización de reparto de alimentos de BAMADRID y para diciembre de 2021 Sergio, Jesús, Mariana y Susan, junto a todos los voluntarios de Refugiados Sin Fronteras, han repartido más de 120 toneladas de alimentos beneficiando y 40.000 prendas de vestir a 550 familias, han realizado 40 conciertos con músicos refugiados venezolanos y formado en panadería tradicional venezolana a 400 venezolanos para que salgan adelante en España.
Tanto ha sido el impacto que recientemente una cervecería española Doce Sesenta ha lanzado una edición especial y benéfica en homenaje a los migrantes venezolanos para apoyar a organizaciones humanitarias y Refugiados Sin Fronteras ha sido elegida como una de esas organizaciones por su trabajo en España.
En la serie “Volver a Empezar” del ACNUR dieron un homenaje a los héroes de la Pandemia, a todas esas personas que a pesar del miedo y de la incertidumbre no se quedaron atrás, como Sergio quien fue una de las personas esenciales junto a Jesús, Mariana y Susan y que tienen una historia de superación y resiliencia para contar, compartir y llenarnos de orgullo como venezolanos.
Nota de Prensa
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