Jorge Alberto Fernández Hernández es cubano estadounidense y está encarcelado en el Centro de Reclusión Simón Bolívar, antigua cárcel de La Planta en Caracas. El 26 de febrero 2021 fue detenido en la alcabala Peracal de San Antonio del Táchira, apenas llegando a territorio venezolano, porque traía consigo un dron pequeño que según su familia en conversación con Infobae “es de juguete y lo usaba para tomar fotos y videos en sus vacaciones”. Lo imputaron por terrorismo y luego de casi un año hoy le darían inicio al juicio.
Por Sebastiana Barráez | Infobae
En comunicación escrita a mano solicita ayuda para que se conozca la situación que ha vivido desde su detención. Denuncia que desde que fue detenido “nunca se me ha permitido hacerles una llamada a mis padres e hijos, tampoco se me ha permitido comunicarme con mis embajadas, en total violación a mis derechos humanos. Mi audiencia de presentación fue el 29 de septiembre del 2021, siete meses después de que fui detenido, violando el código penal”.
Asegura haber sido víctima de xenofobia “que existe aquí hacia los ‘gringos’ como me dicen despectivamente muchos funcionarios. Tampoco se ha permitido que mis abogados me defiendan; durante la audiencia preliminar la jueza María Renee Garrido (Luisa René Garrido Traspalacios, juez del Tribunal Tercero de Control con competencia en Terrorismo) conocida como La Nena, me negó ese derecho, me ofendía verbalmente con palabras obscenas y me dijo que asumiera (los hechos) o me fuera a juicio, porque ella no iba a negociar nada conmigo sobre los delitos que se me imputan”.
Denuncia el abandono por parte del gobierno estadounidense “ya que soy un ciudadano de dicho país, con número de pasaporte 490517523 y desde mi detención nunca se ha pronunciado por mí. El pasado 12 de diciembre estuvo un representante del presidente Biden aquí en Venezuela y se reunió con los 6 (detenidos) de Citgo, el señor Mathews y los dos (Luke Denman y Airán Barry) de (Operación) Gedeón) y yo fui olvidado, no sé si por mi apellido”.
Fernández Hernández, quien cumplió su cumpleaños número 52 encarcelado, nació en La Habana, Cuba, pero desde 1994 se fue para Estados Unidos. Dice que vive en la ciudad de Las Vegas en USA, donde trabajaba para la compañía MGM en uno de sus hoteles, donde tenía 11 años.
“Yo no tengo nada que ver con la política, y así se los dije a la gente de la DGCIM; yo soy un simple obrero que vive en Estados Unidos yo no tengo nada que ver con política. “También hacía trabajos de Lyft como segundo trabajo para ahorrar $ para mis viajes, es como conductor, así como Uber. No tengo vicios por eso también ahorro. En mis viajes no me hospedaba en lugares lujosos, trataba de buscar lugares económicos o los llamados RB and B”.
Dice que sus hijas viven en Estados Unidos y su familia en Cuba. Se queja que hoy en día “estoy pesando 62 kilos de 85 que tenía cuando llegué acá. Tengo problemas de la sangre; soy anémico ferroso y nunca me han hecho un examen de sangre para chequear mi hemoglobina, aunque lo he pedido en múltiples ocasiones”.
Golpeado y sin juicio
Agrega el cubano estadounidense Fernández Hernández que cuando lo detuvieron en el Táchira venía de un viaje que arrancó desde Estados Unidos, recorrió varios países hasta que llegó a Colombia, desde donde pasó para Venezuela, a través de una trocha con ayuda de un trochero quien le consiguió transporte- “Cuando llegué a la alcabala Peracal y me pidieron identificación mostré mi pasaporte estadounidense, ahí empezó toda esta película. Fui detenido por la Guardia Nacional y después entregado a la DGCIM (Dirección General de Contrainteligencia Militar) de San Antonio”.
Relata que le preguntaron a qué venía a Venezuela y para quien trabajaba. “Yo en todo momento les dije que era cubano pero que vivía en USA, entonces me llevaron a una habitación, me pidieron mis redes sociales, me cambiaron de ropa y me tomaron unas fotos; me metieron a un cuarto de la Guardia Nacional para interrogarme”.
“Al cabo de las horas llegó el DGCIM con 3 agentes y me esposaron con las manos hacia atrás en una silla y comenzaron a golpearme y a pedirme explicación sobre mi visita a Venezuela. Les dije que mi motivación es por turismo, les pedí que miraran mis redes sociales que ese es mi hobby, pero ellos decían que eso no era verdad, que yo era uno de esos agentes que vienen al país hacer terrorismo”.
“Durante el interrogatorio fui golpeado y apuntado con una de las armas de uno de ellos, Me pedían que dijera lo que ellos tenían escrito en un papel que el sujetaba. Me negué a decir que era agente o pertenecía a alguna organización terrorista”.
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