En Venezuela, cada día son más evidentes los daños causados al medio ambiente debido a las explotaciones mineras, y el estado Táchira no escapa de esta realidad, donde quienes han explotado carbón no han retribuido al ambiente el daño hasta ahora causado.
La Patilla
En el municipio Lobatera, la extracción del carbón que proviene de la formación geológica La Carbonera, que según expertos se ha venido realizando sin ningún tipo de control y sin previsión de los daños que pueden causar a la flora y fauna de esta zona.
El gobernador chavista del estado Táchira, Freddy Bernal, recientemente anunció que buscaría inversión extranjera con el fin de desarrollar un Complejo Carbonífero en la entidad, por lo que se estima que empresas rusas y de otros países aliados al régimen, podrían recibir las primeras concesiones.
Esta actividad generaría una “dinámica económica”, que según Bernal, podría generar más de 21 millones de dólares en yacimientos probados y otros 80 mil millones de reservas probables, además de “identificar los minerales que pueden ser sujetos a exportación para países aliados” dijo.
Aunque no se tiene una cifra exacta de cuántas toneladas de carbón son producidas, al menos 22 cooperativas están constituidas y prestando sus servicios en estos lugares.
Presencia del ELN
Elías Cáceres, coordinador de Educación, Producción y Ambiente -EPA- de FundaRedes, denunció que en sectores como Minas del Carbón de Lobatera, Los Predios del tanque del Agua del Desvío, El Rodeo y La Capilla son los más afectados por la explotación de dicho recurso natural.
Desde el 2019, representantes de Fundaredes han denunciado que allí se realizan actividades de extorsión, microtráfico, narcotráfico y contrabando de minerales.
El vocero destacó que agricultores de la zona de montaña baja han afirmado que existe la presencia de grupos guerrilleros, quienes se aprovechan de este territorio rico en minerales para cometer hechos delictivos.
“Estamos hablando de una extracción inconsciente que está produciendo un daño a la ecología” añadió. Cáceres, alertó que estás denuncias han sido llevadas ante instancias nacionales e internacionales, pero a la fecha no se ha obtenido respuesta.
Esta información es corroborada por la diputada de la Asamblea Nacional, Karim Vera, quien destacó que estos grupos irregulares como el Ejército de Liberación Nacional de Colombia (ELN), se encuentran apostados en dicho lugar para controlar la explotación del carbón.
“Son ellos quienes controlan y quienes deciden quiénes o no van a trabajar en esa área, ocasionando incertidumbre y temor en la población que reside allí” apuntó.
Mencionó que estos grupos no cuentan con la permisología para efectuar está actividad económica, pero que no se le pone fin a sus actuaciones, pues cuentan con la complacencia del gobierno municipal y regional encabezada por Freddy Bernal.
“Esta situación es conocida por todos los tachirenses, incluso por quienes transitan en el tramo de la carretera San Pedro del Río y Lobatera, dónde se evidencia la presencia actividad de estos grupos irregulares” concluyó.
Reforma de Ley
Desde el parlamento regional se adelanta una reforma de la Ley de Minas del estado Táchira, a través de la Comisión Permamente de Desarrollo Regional de Centralización, Ambiente y Participación Ciudadana, que inició el pasado 19 de enero.
Para Mauricio Valencia, diputado del grupo unitario del Consejo Legislativo del Táchira, este estado fronterizo tiene “una alta potencialidad en el área minera, especialmente del carbón, creemos que sea necesario una nueva Ley adaptada a los nuevos tiempos“.
Sin embargo, aún se desconoce cuáles serán los ajustes que presente la modificación de esta Ley regional. Los expertos esperan que sea en beneficio del medio ambiente y de la salud de los ciudadanos, pues en Táchira, hasta ahora no ha habido el cumplimiento en estos aspectos.
Riesgos
Karena Rodríguez, docente de la carrera de Ingeniería Ambiental en la Universidad Experimental del Táchira (Unet), explicó que la extracción de recursos mineros conlleva a grandes impactos ambientales, ejemplos de ellos es la explotación del petróleo, oro, aluminio, caliza, entre otras.
El mineral se encuentra en la roca madre, por lo que los suelos siempre resultarán afectados al momento de su extracción, siendo la recuperación y regeneración de este componente ambiental un proceso que conlleva mucho tiempo y grandes cantidades de recursos para alcanzarlo.
“Los impactos ambientales se pueden percibir en las diferentes etapas de este proceso que van desde la exploración, explotación, tratamiento, almacenamiento y transporte, y por ende el impacto negativo es la perdida del suelo, en las excavaciones o por su contaminación dependiendo del proceso y del mineral; pérdida de la biodiversidad en la zona”.
Igualmente, “contaminación del agua, afectación de la calidad del aire por la generación de material particulado y perdida del paisajismo de la zona” aseveró.
Esto traería como consecuencia el daño a la salud de los trabajadores, a lo cual se le debe sumar la asociación que puede tener con el proceso del cambio climático, ya que se puede afectar el ecosistema en esta región.
“El impacto de la explotación minera en Lobatera se ha registrado desde hace mucho tiempo. Primero con las extracciones en Cazadero, donde a más de 20 años de haber cesado la actividad, la recuperación de esos ecosistemas no se ha podido alcanzar, convirtiéndose en un gran pasivo ambiental. Y ahora con estas extracciones en túneles cerrados que no cumplen con las normas mínimas de seguridad ni la permisología necesaria, “se incrementan los impactos ambientales de la zona” advirtió.
Sin normativa
La experta explica que entre los grandes riesgos de las explotaciones mineras está la afectación a la salud, sobre todo el tipo de explotación minera que se está realizando en Lobatera, que es subterránea, en túneles improvisados que no cumplen con las normas técnicas de salud y ambientales para su operación.
Uno de los principales riesgos al no aplicar una explotación supervisada, “se presenta por la producción de material particulado que puede llegar a los pulmones de los trabajadores y afectarles, con el componente que algunos elementos presentes en el material particulado pueden contener sustancias tóxicas como óxidos de azufre, que puede llegar a ser letal para las personas” indicó.
La especialista precisó que estos residuos pueden ser transportados por los vientos de la zona a comunidades cercanas, las cuales también se pueden ver afectados con procesos respiratorios.
Los primeros en sufrir estas consecuencias serían los habitantes del sector Cazadero, donde la zona quedó completamente devastada y con perdida de muchos elementos naturales.
“Por ser una zona de montaña, se puede acelerar procesos erosivos y desestabilización de taludes, lo que podría originar el desprendimiento de terrenos y material rocoso de la zona afectando infraestructura y servicios” manifestó.
Detalló que estas explotaciones están en el área de influencia del sitio donde están vertiendo y quemando los desechos de Lobatera, lo que puede acelerar los procesos de alteración ambiental.
La especialista en la materia recomiendan que cese de la actividad hasta tanto quienes trabajan allí se adecuen a la normativa ambiental existente en el país.
Sí puede haber explotación, pero controlada
Luimart Álvarez, docente de la Unet, afirmó que la explotación de minerales puede darse mientras sea controlada, es decir, quienes la lleven a cabo se comprometan en reparar los suelos que resulten afectados.
Táchira cuenta con ocho yacimientos carboníferos, en cuyos sitios el material era extraído para producir grafito y otros recursos, dijo la investigadora.
Resaltó que desde hace casi 14 años la actividad de explotación minera en mayor escala se paralizó, donde empresas extranjeras explotaron las minas y al cesar las actividades debido al cierre de concesiones, no realizaron mejoras para retribuir al ambiente.
Por tanto, manifiesta que el reciente anuncio de Freddy Bernal, también debe incentivar la parte ambiental. Pide que, “todo lo que se dañe, vuelva a ser recuperado, pues el ecosistema es tan perfecto que vuelve a renovarse solo, pero sin la ayuda del ser humano el proceso es mucho más lento” acotó.
Destacó que desde el sector académico (docentes de Ingeniería Ambiental de la Unet), están dispuestos a trabajar en conjunto con el gobierno regional y los encargados de reformar la Ley para la explotación minera en Táchira, pues desde hace años han realizado investigaciones para la recuperación de los espacios que han sido deteriorados, por lo que el mayor interés de estos expertos es en beneficio del medio ambiente.
Al haber una deforestación, no habrá árboles ni vida animal o vegetal, es por ello que la investigadora insiste en que se haga una explotación controlada a fin que no ocurra un “desastre natural”.
La recuperación de estos suelos podrían tardar hasta más de 30 años con ayuda de herramientas tecnológicas.
Se pudo conocer que años atrás, el carbón era exportado hacía Colombia, allí se procesaba y enviado a diversas naciones, entre ellas Japón.
Según algunos estudios realizados en el año 2005 por parte de dicha universidad, el carbón de la entidad tiene una excelente calidad, comparada con el de otros estados, concluyó.
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