La escalada del conflicto entre Rusia y Ucrania divide las aguas en América Latina, donde se pusieron de manifiesto las alianzas que el presidente ruso Vladimir Putin ha tejido con varios gobiernos de la región.
Las dictaduras de Venezuela y Cuba expresaron su apoyo a Putin luego de que el dirigente ruso dispusiera un despliegue militar en regiones del este de Ucrania controladas por separatistas prorrusos agudizando así los roces con Estados Unidos y países de Europa occidental. En tanto, otras naciones latinoamericanas cuestionaron las acciones de Rusia y algunas exhortaron a que el conflicto se resuelva mediante el diálogo evitando al mismo tiempo una crítica a las acciones de Moscú.
El dirigente ruso obtuvo el contundente respaldo de Venezuela. El dictador Nicolás Maduro apuntó contra Estados Unidos y en un tuit repudió la víspera “los planes perversos que pretenden rodear militar y estratégicamente a Rusia”. Consideró además que esa nación “saldrá unida y victoriosa de esta batalla, con la admiración de los pueblos valientes del mundo”.
Cuba también se alineó con Putin al señalar que Washington “lleva semanas amenazando a Rusia y manipulando a la comunidad internacional sobre los peligros de una ‘inminente invasión masiva’ a Ucrania”. Cuestionó además al gobierno de Joe Biden por haber suministrado armas y tecnología militar a Ucrania, haber desplegado tropas en varios países de la región y aplicado “sanciones unilaterales e injustas” al gobierno ruso.
La cancillería de Uruguay cuestionó por su parte el accionar de Rusia tras el reconocimiento de dos regiones separatistas en Ucrania por parte de ese país y el desplazamiento de efectivos militares “en violación de los principios de la Carta de las Naciones Unidas”, tras lo cual alertó que estos hechos ponen en riesgo la estabilidad regional.
La cancillería uruaguya indicó además que la Resolución 2202 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas permite la aplicación de los acuerdos de Minsk conducentes a una solución pacífica y duradera del conflicto. “La solución que se alcance debe respetar la soberanía, la independencia y la integridad territorial de Ucrania”, recalcó.
México, que actualmente preside el Consejo de Seguridad de la ONU, respaldó el llamamiento de ese organismo a apostar por la diplomacia y el respeto a la integridad de Ucrania. “Esa es nuestra postura, no intervención y autodeterminación de los pueblos”, reiteró el miércoles el presidente Andrés Manuel López Obrador en la conferencia de prensa matutina. “No queremos invasiones, no aceptamos que un país invada a otro (…) es contrario al derecho internacional de las naciones”, sostuvo.
El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, también instó a que prime el diálogo y acotó que “en este caso en particular seguiremos la línea que siga la ONU”.
A su vez, el gobierno del presidente brasileño Jair Bolsonaro también abogó por establecer canales de diálogo para resolver la crisis y el respeto a los principios de la Carta de las Naciones Unidas. El gobierno brasileño señaló asimismo que la solución negociada podría basarse en los Acuerdos de Minsk y debe tener en cuenta “los legítimos intereses de seguridad de Rusia y Ucrania”, al acotar su postura luego de haber rechazado recientemente críticas de Estados Unidos al reciente viaje a Moscú en medio de la escalada del conflicto.
Un primer objetivo para garantizar la paz es obtener un alto el fuego inmediato, con la retirada integral de las tropas y el material militar sobre el terreno, según afirmó el embajador de Brasil ante la ONU, Ronaldo Costa Filho, durante el debate del Consejo de Seguridad de ese organismo celebrado el lunes.
Argentina, otro de los países latinoamericanos que mantiene relaciones aceitadas con el gobierno de Putin, ha instado a que todas las partes involucradas avancen en una negociación diplomática que permita una salida política a la creciente tensión, “con apego a los principios de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional… el no uso de la fuerza entre estados y con pleno respeto de los derechos humanos”.
La postura del gobierno de Alberto Fernández ha sido considerada demasiado tibia por la principal fuerza opositora de Argentina, cuyos dirigentes reclamaron un pronunciamiento contundente que condene los avances expansionistas de Rusia que inste a “respetar la ley y las resoluciones de las Naciones Unidas”. A principios de febrero Fernández viajó a Moscú, donde se reunió con Putin, a quien dijo que Argentina “debe ser la puerta de entrada” de Rusia en América Latina.
(Con información de AP)
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