La Casa Blanca tachó este jueves de «radical» la ley recién promulgada en Florida que prohíbe el aborto en ese estado después de las 15 semanas de embarazo, incluso en casos de violación o incesto, e insistió en que debe aprobarse una legislación a nivel nacional.
La portavoz adjunta de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, lamentó que el gobernador del estado sureño, Ron Desantis, haya firmado esa medida que entrará en vigor el próximo 1 de julio, y que contradice el precedente establecido por el Tribunal Supremo sobre el aborto en el país.
«El presidente (de Estados Unidos, Joe Biden), pide al Congreso que actúe y le envíe un proyecto de ley que acabe con estos pasos radicales que están tomando (los estados conservadores)», dijo Jean-Pierre en declaraciones a periodistas a bordo del avión presidencial Air Force One.
En la última década, varios estados conservadores han aprobado cientos de medidas para restringir el acceso al aborto, en una campaña cuyo objetivo explícito era conseguir que el Tribunal Supremo revisara y derogara «Roe versus Wade», la decisión que legalizó el aborto en Estados Unidos en 1973.
El alto tribunal, de mayoría conservadora, planea decidir a mediados de este año sobre un caso relacionado con el aborto, y todo apunta a que erosionará o anulará el precedente establecido en 1973, lo que permitiría a cada territorio del país prohibir o permitir a su antojo la interrupción del embarazo.
Si eso ocurre, se espera que alrededor de la mitad de los estados del país tomen medidas para vetar el aborto, según la organización pro derechos reproductivos Guttmacher.
Lejos de esperar a esa decisión del Supremo, las autoridades de Texas ya impusieron el año pasado un veto desde las seis semanas que sigue en vigor a pesar de violar lo establecido en «Roe versus Wade», que legalizó el aborto en todo el país hasta las 24 semanas de gestación.
Oklahoma aprobó esta semana otra legislación aún más restrictiva, una ley que prohíbe el aborto en todos los casos excepto en los que la vida de la madre está en riesgo; mientras que Kentucky se convirtió este jueves en el primer estado donde no es posible practicar ningún aborto debido a una medida similar.
En Florida, la nueva ley reduce de 24 a 15 semanas el periodo en que una mujer embarazada puede interrumpir legalmente su embarazo y solo contempla dos excepciones: que la vida de la madre corra peligro y que el feto tenga malformaciones.
Para la Casa Blanca y otros grupos, la solución pasa por la aprobación de una ley que garantice el derecho al aborto a nivel nacional, pero la mayoría de activistas reconocen que no hay votos suficientes en el Senado para sacar adelante esa medida.
Aprobar esa legislación, conocida como Ley de Protección de la Salud de las Mujeres (WHPA, por sus siglas en inglés), permitiría blindar el derecho al aborto en todo el país incluso si el Supremo deroga «Roe versus Wade». EFE
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