Sentada bajo un árbol con dos libros -uno en la pierna y otro en la mano- Gilda Reyes ojeaba sus nuevas adquisiciones literarias mientras miraba a su hija y nietos que también tenían varios textos. Ella contemplaba la portada de Presunción, de Julia Barret. Los ejemplares habían sido obsequiados en Caracas con motivo del día del libro.
Por ANA RODRÍGUEZ BRAZÓN | EL TIEMPO
El 23 de abril de este 2022, tímidamente volvieron algunas actividades en la capital venezolana para festejar la fecha. Gilda Reyes y su familia aprovecharon una de estas para sumar volúmenes a su biblioteca. Siendo educadora, sus nietos heredaron el gusto por la lectura y la acompañaron.
«Venezuela es un país acostumbrado a leer novelas, poesía e historia”, dice Melissa Nahmens, fundadora del proyecto Qué Leer, el cual anualmente entrega de forma gratuita literatura para incentivar el hábito. El sábado 23 repartieron 200 ejemplares de distintos géneros.
Pero, que los venezolanos “estén leyendo” no significa que estén comprando obras o que haya una gran producción literaria en el país y esto se debe a varios factores. El uso del internet y los altos precios limitan la adquisición de los nuevos textos, además las editoriales se esfuerzan por mantenerse a flote.
Hace unos años era común ver a jóvenes leyendo mientras se desplazaban en el metro de Caracas. Luego del colapso en el sistema de transporte, tras la pandemia, disminuyeron la práctica. Tampoco hay una campaña efectiva por parte del Estado, pese a que en el país existe el Plan Nacional de Lectura Manuel Vadell 2019-2025 impulsado por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura a través del Centro Nacional del Libro (Cenal).
Tampoco hay cifras recientes sobre el nivel de lectura. La última encuesta realizada por el Cenal sobre el comportamiento lector y el acceso a los libros fue en 2012, la cual concluyó que 50,2 por ciento de los venezolanos conforman la población lectora. En ese momento el número de habitantes se ubicaba en 29’000.000, hoy la población debería sumar más de 33 millones, pero con los 6’000.000 del éxodo migratorio se ubica en 28’000.000.
El informe del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlac) en su estudio de 2020 titulado “El espacio iberoamericano del libro” dibuja el panorama en picada en cuanto a la producción de textos, número de autores y editoriales en Venezuela.
Hasta esa fecha, Brasil, Argentina y Colombia lideraban la lista de los países con mayor producción literaria.
El Cerlac detalla que en Venezuela, por primera vez desde 2013, las solicitudes de ISBN, que es un número que se asigna a cada nuevo libro, dejaron de caer en 2020. En los últimos siete años, la variación había sido negativa, ubicándose en -6,08 por ciento. En 2020 se entregaron 2.186 ISBN, un aumento de 17,9 por ciento en comparación con 2019.
Aunque el número suene alto, la realidad es que sigue siendo bajo. En Colombia en 2020 se otorgaron 20.378 ISBN. En México, 20.925. La industria del libro en Venezuela ha sufrido las consecuencias de la crisis.
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