El impuesto al dólar, los incrementos de trámites ante el Saren, la ausencia de financiamiento y la competencia desleal frente a bienes importados exonerados de aranceles son algunos de los elementos que perjudicaron el crecimiento industrial durante los primeros tres meses del año.
Después de un año entero de crecimiento continuo en los niveles de producción de la industria, la curva ascendente parece haber tocado techo, pues no se registró un incremento consistente durante el primer trimestre de 2022.
De acuerdo con la Encuesta de Coyuntura Industrial del primer trimestre de 2022, publicada por la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), el uso de la capacidad instalada de la industria se ubicó en un 27,6% este trimestre, registrando una variación de apenas 0,6% frente al período anterior.
Durante 2021, este porcentaje evolucionó de un 19% en el primer trimestre, a un 21% en el segundo, 25% en el tercero y cerró en un 27%, mostrando una evolución con el paso de los meses que parece haberse detenido en este primer trimestre de 2022.
El presidente de Conindustria, Luigi Pisella, advirtió que la cifra alerta sobre un posible techo alcanzado por la producción nacional o es un reflejo de que las medidas tomadas por el gobierno de Nicolás Maduro orientadas en potencias la producción nacional no fueron efectivas.
Este primer trimestre del año estuvo sujeto a diversos cambios para la dinámica económica. La Asamblea Nacional (AN) administrada por el chavismo promulgó la reforma de la Ley de Registros y Notarías que encareció los trámites ante el Servicio Autónomo de Registros y Notarías (Saren), y una reforma de la Ley del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras con la que se empezaron a gravar las transacciones en divisas.
Por otra parte, las barreras que perjudicaban el crecimiento, como la ausencia de crédito bancario y por lo tanto de financiamiento, así como la exoneración de aranceles de importación a miles de productos terminados se mantuvieron en este trimestre.
Esta combinación de factores provocó que el crecimiento se desacelerara durante estos tres primeros meses del año y pone en duda el progreso de la productividad en los próximos meses.
En este sentido, Pisella es enfático al aclarar que el crecimiento de 2021 no es, bajo ningún concepto, sinónimo de funcionalidad plena, sino más bien de un leve repunte y expectativas de mejora.
«Cuando decimos que estamos a un 27% de nuestra capacidad instalada, no estamos en un punto de equilibrio, muchos producen a pérdida. Venezuela no se ha arreglado, pero tenemos que arreglarla. Parecen creer que la industria está a flor de piel para recibir nuevos impuestos, pero no es así», declaró.
Para leer la nota completa, pulsa aquí
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.