El número de muertos por las fuertes lluvias que azotan desde el comienzo de esta semana el estado de Pernambuco, en el noreste de Brasil, ascendió hoy a 56, el mismo número de personas que continúan desaparecidas, según el último boletín del Gobierno regional.
EFE
La mayoría de los desaparecidos se concentran entre las ciudades de Recife, capital del estado, y Olinda, hasta donde se desplazaron bomberos y el Ejército para participar en las labores de rescate.
La mayoría de las víctimas falleció durante los deslizamientos de tierra ocurrido el sábado en la región metropolitana de Recife, la más afectada por el temporal que castiga con fuerza diversos estados del noreste de Brasil, principalmente Pernambuco.
El episodio más trágico tuvo lugar la víspera en el barrio Jardim Monte Verde, en el sur de Recife, donde 20 personas murieron cuando un alud de tierra se llevó por delante decenas de viviendas construidas en una boscosa colina.
Asimismo, más de 4.000 personas que viven en zonas de riesgo se vieron obligadas a dejar sus hogares, según informó el ministro de Desarrollo Regional, Daniel Ferreira, durante una rueda de prensa en Recife, donde ha sido declarada la «situación de emergencia».
Pese a que las lluvias dieron una breve tregua este domingo, el ministro alertó que están previstas precipitaciones en los próximos días, por lo que el número de víctimas podría incrementarse.
«La primera cosa es mantener las medidas de autoprotección», declaró Ferreira.
Ferreira integró una comitiva ministerial que se desplazó hasta la región para sobrevolar la zona afectada por las lluvias, adonde el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se trasladará este lunes «para enterarse mejor de la tragedia», según anunció en sus redes sociales.
«Nuestro Gobierno puso a disposición, desde el primer momento, todos sus medios para prestar ayuda a los afectados, incluido las Fuerzas Armadas», señaló.
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