Las tropas rusas controlan «la mayor parte» de la ciudad de Severodonetsk, un importante enclave en el Donbás, indicaron las autoridades de Ucrania, que recibirá sistemas de misiles avanzados de Estados Unidos.
AFP
«Por desgracia, hoy (martes) los soldados rusos controlan la mayor parte de la ciudad», indicó el gobernador de Lugansk, Serguéi Gaidai, que horas antes calificó la situación de «ultracomplicada».
Las tropas ya ocupaban la mitad de la urbe, según había confirmado su alcalde, Oleksandre Striuk. «Pero la ciudad aún se defiende, aún es ucraniana y nuestros soldados la defienden», agregó en ese momento.
Severodonetsk es uno de los focos de los combates en la región de Lugansk en el Donbás, cuenca minera en el este de Ucrania donde Moscú centra su ofensiva tras fracasar en el intento de tomar Kiev.
Con su vecina Lysychansk, en la otra orilla del río Donets, se sitúa a apenas 80 km de Kramatorsk, la capital administrativa del Donbás bajo control de Kiev. Ambas llevan semanas aguantando constantes bombardeos rusos.
El martes, los ataques alcanzaron un tanque de ácido nítrico en una planta química de la ciudad, informó Gaidai, advirtiendo que el compuesto «es peligroso si se inhala» y puede provocar lesiones en los pulmones o pérdida de visión.
«Teniendo en cuenta la presencia de una producción química a gran escala en Severodonetsk, los ataques del ejército ruso en esta ciudad, bombardeos aéreos a ciegas, son simplemente dementes», dijo el presidente ucraniano Volodimir Zelenski.
En la otra región del Donbás, Donetsk, cuatro personas murieron y siete resultaron heridos, según dijo en Telegram su gobernador regional, Pavlo Kyrylenko.
En el frente judicial, la justicia ucraniana identificó 15.000 casos de presuntos crímenes de guerra en el Donbás desde el inicio de la guerra, afirmó la fiscal general ucraniana, Iryna Venediktova, en La Haya.
Entre ellos, citó torturas, asesinatos, destrucción de infraestructura civil y traslados de personas.
Horas antes, un tribunal condenó a 11 años y medio de cárcel a dos soldados rusos acusados de haber bombardeado con un lanzamisiles múltiple dos pueblos en la región de Járkov, en el noreste del país.
Embargo al petróleo
Ante el avance de las fuerzas de Moscú en el este de Ucrania, los aliados de Kiev incrementan su apoyo.
Desde Estados Unidos, el presidente Joe Biden anunció en un artículo en The New York Times que proporcionarán «sistemas de misiles y municiones más avanzados que les permitirán atacar con mayor precisión objetivos clave en el campo de batalla».
Un alto responsable de la Casa Blanca precisó que se trata de los sistemas Himars, que consisten en múltiples lanzacohetes montados en vehículos blindados ligeros que usarán municiones guiadas de precisión con un alcance de 80 km.
Y desde Bruselas, los líderes de la Unión Europea aprobaron un sexto paquete de sanciones que incluye un embargo a las importaciones de petróleo y restricciones bancarias.
El embargo afecta por ahora al crudo transportado por barco, lo que supone dos tercios del total importado desde Rusia, pero debería ampliarse hasta el 90% hacia finales de año.
Esta excepción temporal permitirá que Hungría siga recibiendo petróleo por oleoducto, ya que es altamente dependiente del crudo de Moscú, por lo que se oponía a un embargo total.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, afirmó que la medida servirá para cortar «una enorme fuente de financiamiento» de la «maquinaria de guerra» rusa.
Los acuerdos de la cumbre incluyen también un paquete de 9.000 millones de euros (9.630 millones de dólares) para apoyar la economía ucraniana y la exclusión de tres bancos rusos del sistema financiero internacional SWIFT.
Entre estos se encuentra la mayor entidad del país, Sberbank, que el martes aseguró seguir trabajando «con normalidad».
En la segunda jornada de la cumbre, varios dirigentes europeos defendieron la necesidad de hacer una «pausa» respecto a las sanciones y algunos incluso excluyeron un futuro embargo al gas.
«El gas… es mucho más complicado», dijo el primer ministro belga, Alexander De Croo. «Paremos aquí por el momento y veamos el impacto» de la sexta batería de sanciones, defendió.
Rusia ha cortado los envíos de gas a varios países que rechazan pagar en rublos, la moneda local, como Países Bajos, Polonia, Bulgaria, Finlandia y, a partir del miércoles, Dinamarca.
Exportar cereales
Durante la jornada del martes, los líderes europeos trataron también el impacto de la guerra en la seguridad alimentaria, inclusive en otros continentes, por la imposibilidad de Ucrania de exportar su enorme producción de cereales.
Kiev y sus aliados occidentales acusan a Moscú de bloquear los puertos ucranianos en el mar Negro, aunque Rusia lo niega y atribuye la situación a las sanciones contra su país.
El presidente francés, Emmanuel Macron, cuyo país asume la presidencia rotatoria de la UE, dijo que propuso a Putin adoptar una resolución de la ONU para «dar un marco muy claro» al levantamiento del bloqueo ruso del puerto de Odesa, uno de los mayores.
Miembro de la OTAN pero con fluidas relaciones con Moscú, Turquía también maniobra para solventar el asunto y recibirá el 8 de junio al ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, para discutir el despliegue de «corredores seguros» para el transporte de cereales ucranianos.
Este, en una visita a Baréin, dijo que solo Kiev y los países occidentales pueden actuar para permitir las exportaciones de grano ucranianas y rusas, acusándoles de crear «problemas artificiales cerrando sus puertos a los barcos rusos, cortando las cadenas logísticas y financieras»
A la espera de un eventual desbloqueo, los separatistas prorrusos anunciaron el martes la reactivación de la actividad portuaria en Mariúpol, ahora bajo control de Moscú tras casi tres meses de asedio.
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